La Milagrosa cambia tras 122 años

El colegio, ubicado en la Praza de Ferrol, dice adiós a las Hijas de la Caridad, y por primera vez en la educación religiosa lucense la responsabilidad del centro pasará directamente al Obispado
Foto de familia de la comunidad escolar en el último día con la Hijas de la Caridad al frente del colegio. EP
photo_camera Foto de familia de la comunidad escolar en el último día con la Hijas de la Caridad al frente del colegio. EP

El colegio La Milagrosa, con una larga trayectoria en Lugo, cierra una etapa. Deja de estar gestionado por las Hijas de la Caridad y pasa a depender de la diócesis. Aprovechando el último día de clase, familias, alumnos y personal del colegio se reunieron para despedir a las religiosas. A las puertas del centro de la Praza de Ferrol y bajo unos globos con la palabra "gracias", la comunidad dijo adiós a las tres hermanas que continuaban en el colegio.

"Sentimos gratitud y emoción por el cariño de las familias, que en muchos casos también estudiaron aquí y guardan cariño a la educación que recibieron en el centro", explicaba al final del acto la hasta ahora directora titular, Sor Pilar. Ante los alumnos y padres del colegio La Milagrosa, la directora académica, Cristina Velasco, leyó un discurso de agradecimiento en el que hablaba del "fin de una manera de vivir" que marcó la identidad del centro durante "más de un siglo".

El siguiente curso la gestión del centro será responsabilidad de la diócesis, que actualmente ya dirige el colegio de Eso, bachillerato y ciclos formativos San Lorenzo. Es la primera vez que un centro perteneciente a una congregación religiosa dependerá en Lugo directamente del Obispado.

A partir del próximo curso, la dirección titular, que en estos momentos corresponde a Sor Pilar, será asumida por el párroco de la Iglesia de San Froilán, José Manuel Penela. "Las responsabilidades económicas derivadas de la administración del centro dependerán de él, que ya conoce le centro", explica la directora Cristina Velasco. Además de la administración, también se plantean cambios en el método educativo, incluyendo "una metodología de enseñanza más basada en proyectos y trabajos en las ramas científicas", añade Cristina Velasco.

Familias y alumnos acudieron emocionados a decir adiós. EP
Familias y alumnos acudieron emocionados a decir adiós. EP

Después, Sor Pilar intervino para recalcar "la historia que se encierra entre las paredes del edificio". "Han sido 122 años en los que más de cien Hijas de la Caridad han puesto su esfuerzo para que los alumnos adquiriesen el saber y una formación integral en valores humanos, cristianos y vicencianos", explicó.

En 1879, llegaban a Lugo seis Hijas de la Caridad para encargarse de la Beneficencia. Once años después, con la "Escuela de Párvulos", comenzaban su camino en la educación que acaba este año.

El final del acto se selló con las lágrimas y abrazos de los presentes. Los padres y madres se emocionaron, igual que los niños, comentando como sus hijos son la última promoción que recibirá la educación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.

A los alumnos se les mezcló esa rara nostalgia por el fin de curso con la despedida de las hermanas, lo que llevo a una avalancha de emociones. Los más pequeños acudieron en fila a darles besos a las homenajeadas, además de pedirles firmas para "tener un recuerdo de ellas".

Con todo, las Hijas de la Caridad permanecerán en Lugo encargándose del comedor de San Froilán, que diariamente sirve comidas a personas sin recursos. Además, desde la orden, también prestan servicio a las personas con diversidad funcional en el Hogar de San Vicente de Paúl. De esta manera, cierran el ciclo que trajo a la congregación en un primer momento a la ciudad, la beneficencia.

Tras su largo camino, se despiden de los alumnos con las palabras de Sor Pilar; "Feliz verano, suerte en la vida y buen camino. Quedáis en buenas manos".

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