Los miembros de una violenta red liderada por tres hermanos afrontan hasta 20 años de cárcel

Apelearon al empresario Fermín Pasarín en su vivienda de A Poboa de San Xiao, así como a un hostelero de Bonxe, y fueron detenidos en Lugo en el marco de la operación Fantomas

Dos de los miembros de la banda, tras ser detenidos en julio de 2012
photo_camera Dos de los miembros de la banda, tras ser detenidos en julio de 2012. AEP

Una banda acusada de cometer varios asaltos violentos en la provincia de Lugo, liderada por tres hermanos de Guitiriz, iba a ser juzgada este viernes en el Penal número 1 de la capital lucense. Sin embargo, dos de los seis procesados no pudieron ser localizados y la vista oral —en la que se enfrentarán a penas de entre dos y 20 años de cárcel— tuvo que suspenderse.

Los tres hermanos, Sergio, David y Ramiro José G.C. —conocido por su pequeña estatura y por ser el cerebro de las tramas— afrontan 20, 2 y 18 años de prisión, respectivamente. En su historial delictivo se acumulan ya varias condenas por atracos a bancos en las provincias de Lugo y Sevilla. Para los otros tres acusados, con iniciales R.P.C., L.B.L. y T.R.Q., la Fiscalía pide condenas de 16, 6 y 2 años de cárcel, respectivamente.

A pesar de que los integrantes de la organización son lucenses (los hermanos son naturales de Guitiriz), su "modus operandi" imitaba el de las mafias del Este. Según han puesto de manifiesto los investigadores, los acusados analizaban detalladamente a sus víctimas antes de cometer el robo y actuaban con gran violencia.

El juicio contra los seis acusados se aplazó porque dos no fueron localizados. El fiscal pide de 2 a 20 años


Según se recoge en el escrito de acusación del ministerio público, el 27 de febrero de 2011, sobre las dos y media de la madrugada, la banda se dirigió a una urbanización de A Poboa de San Xiao y acudieron a la vivienda del empresario Fermín Pasarín. Los acusados esperaron a que llegara el matrimonio y, en cuanto desconectaron la alarman, los abordaron ataviados con guantes y pasamontañas y les obligaron a entrar en el domicilio.

Una vez dentro, los ataron con un cable de la luz y cinta de embalar y los golpearon mientras les preguntaban dónde estaba la caja fuerte. Además, los amenazaron con ir a por su hijo si no colaboraban. Los asaltantes revolvieron toda la casa y lograron apoderarse de dinero y joyas, valoradas en 2.000 euros. Tal y como explicó el empresario tras el suceso, los ladrones no escatimaron en violencia. "Padezco de la espalda y les pedí que no me golpearan en esa zona, pero me pisaron repetidas veces al columna. Se cebaron conmigo, su obsesión era la caja fuerte y no existe. Uno de ellos estuvo media hora pegándome, pero me parecieron horas", dijo.

OTRO CASO. Un mes más tarde, el 5 de abril, los tres hermanos acudieron por la tarde a Bonxe, en Outeiro de Rei, y se escondieron en casa de un hostelero. Cuando el hombre llegó a la vivienda tras cerrar el bar que regentaba —sito en la planta baja del inmueble—, los acusados lo abordaron en el pasillo y comenzaron a pegarle patadas y puñetazos por todo el cuerpo, al mismo tiempo que lo insultaban y le preguntaban: "¿Dónde está la pasta?". Los asaltantes lo tiraron en el suelo boca abajo y le ataron las manos con una corbata y los pies con un cinturón elástico. Acto seguido, lo arrastraron por el pasillo y le taparon la cabeza con una chaqueta. Tras romper la puerta de una de las habitaciones, que estaba cerrada con llave, la banda se apoderó de 12.000 euros y de una cantidad considerable de tabaco.

Copiaban a las mafias del Este y fueron condenados por atracar gasolineras


Según se recoge en el escrito de acusación del ministerio fiscal, durante los meses de mayo y julio de 2012, los acusados realizaron labores de vigilancia en varias viviendas de Melide (A Coruña), León y San Mamede dos Ánxos (Lugo), todas ellas pertenecientes a empresarios de diferentes sectores. En estos casos, la banda no llegó a asaltarlas "gracias a las labores preventivas efectuadas por los investigadores".

ARRESTO. El 9 de julio de 2012, sobre las siete y media de la tarde, los hermanos R.J.G.C. y D.G.C. acudieron a un inmueble de la capital lucense —donde también reside un empresario dedicado a la compraventa de oro— y entraron por el garaje cuando salía un vecino. Sin embargo, la Guardia Civil ya seguía los pasos de la banda y decidió actuar en ese momento.

Los agentes sorprendieron a los acusados encapuchados y armados en el rellano, a punto de asaltar al empresario. Llevaban encima cinta de embalar, un cuchillo y unas pistola detonadora de calibre 8 milímetros que se encontraba "en buen estado de conservación y funcionamiento".

Los dos asaltantes fueron detenidos —en el marco de la operación Fantomas— y poco después cayó el resto de la organización delictiva.

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