"La meta es que las interacciones sociales sean en grupos estables"

Cierres perimetrales, limitación de reuniones o reducción de aforos son algunas medidas que el comité del Sergas aplica para reducir la incidencia. El doctor Vázquez (en una entrevista el pasado jueves, antes del estado de alarma) recuerda que, para tomarlas, nunca se estudia un solo factor y que se va al detalle, a cómo se comporta el brote
Sergio Vázquez, en el Hula AEP
photo_camera Sergio Vázquez, en el Hula AEP

Dos veces por semana el doctor Sergio Vázquez, jefe de Oncología del Hula y miembro del comité de expertos del Sergas ante la pandemia, se reúne por teleconferencia para acordar, con otros especialistas y cargos de Sanidade, qué hacer y dónde con el objetivo de controlar la evolución de la pandemia en Galicia.

¿Por qué Lugo, estando en el nivel de alerta más alto en el mapa que hace público la Xunta a diario, sigue con las mismas restricciones?

Ese mapa se empezó a colgar porque se demandaba transparencia. Da información de incidencia acumulada, pero para tomar decisiones en cuanto a medidas restrictivas evidentemente nos basamos en más cosas. No es bueno que la gente se fije solo en si el ayuntamiento está ahora de color rojo o no, especialmente en el mapa que muestra los nuevos casos de los últimos 7 días porque influyen cosas como el número de PCRs que se hicieron una determinada jornada. Por ejemplo, un sábado o domingo, sin las que se solicitan desde Primaria, bajan. Es más fiable la incidencia acumulada a 14 días pero nunca puede ser el único factor que se observa a la hora de aplicar restricciones.

¿Qué les preocupa de Lugo?

Lugo está bastante bien. No tiene transmisión comunitaria. Llevamos mucho tiempo en un nivel 2 de restricciones y parecían estar funcionando. Ahora lo que estamos viendo son fundamentalmente brotes familiares y de amigos, fruto de las comidas y reuniones del San Froilán y del puente del Pilar, así como de fiestas ilegales celebradas en pubs. Por el momento, la situación hospitalaria está muy bien, aunque habrá que ver cómo va evolucionando. Los brotes se detectan porque han pasado ya más de diez días desde el puente del Pilar y los casos se empiezan a manifestar, pero para que eso tenga reflejo en el hospital debe pasar más tiempo. En el caso de las fiestas ilegales se trata de gente joven y la mayoría son asintomáticos o tienen síntomas leves, pero pueden a su vez iniciar cadenas de transmisión que afecten a gente de mayor edad que sí tenga que ingresar. Hay que esperar para ver qué va pasando.

¿Qué criterios revisa el comité para decidir unas u otras medidas?

Son en total 11 criterios que se dividen en tres grupos. Uno de ellos se refiere a la incidencia, como número de casos cada cien mil habitantes a 14, 7 y 3 días. Otro, a la investigación de nuevos casos: si se hace un número suficiente de PCRs, si los positivos están cumpliendo bien con el aislamiento, si los contactos cuarentenados cumplen con la cuarentena, si la transmisión comunitaria aumenta y crecen los casos huérfanos... Finalmente, el tercero son indicadores asistenciales: el número de hospitalizados, la presión sobre Uci y sobre Urgencias... Estos son datos más objetivos. Sobre la investigación de casos nos informan las gerencias de las áreas y las jefaturas territoriales que son los que conocen el terreno, que saben si los casos son de brotes familiares o de fiestas y nos ayudan a orientarnos sobre las medidas o sobre si hay que hacer algún cribado a algún colectivo, como el que se hizo en Milladoiro en la hostelería o a los estudiantes universitarios.

Ha quedado claro que un centro educativo es un entorno más seguro que el interior de un bar o un restaurante

¿Cuáles tienen más peso?

Se consideran todos. La incidencia acumulada, por ejemplo, nunca es un dato que se analiza solo, aislado. En el caso de poblaciones muy pequeñas puede ser altísima sin que signifique nada. Lo que nos da mucho miedo es la repercusión en los hospitales y en las Ucis. Es lo que más nos preocupa.

Sería menos preocupante una mayor incidencia pero con casos que cumplen bien el aislamiento que otra menor pero con incumplimientos o dificultades para hacer el rastreo.

Efectivamente. Y a veces ocurre eso, que vemos que hay positivos que siguen saliendo a la calle o que no comunican sus contactos o que los contactos niegan haber estado con esos positivos.

¿Le encuentra sentido a un toque de queda fuera de las ciudades, en una provincia como esta?

Es verdad que es una medida que tiene más sentido en zonas con gran densidad de población y que no parece que tenga mucho en zonas rurales. En el comité se ha hablado de ella y hay quien la apoya y quien no. No se aplicaría en toda la comunidad sino en las zonas que están un poco peor. Estamos transmitiendo medidas a la gente y mucha se hace un lío sobre qué se puede hacer o no en cada sitio. A veces no sabes si es mejor tomar una medida a nivel general porque resulta más fácil de aplicar y asumir. El objetivo ahora es que las interacciones sociales se den en grupos estables, que se reduzcan con los no convivientes, algo que cuesta.

Con el invierno pasaremos más tiempo en interior, donde hay más probabilidades de contagio, ¿Qué posibilidades hay de que medidas como el límite de reunión a cinco personas se lleguen a levantar para Navidad?

Viendo cómo está Europa con la llegada del frío, el objetivo era adelantarse, bajar la incidencia de casos y, si se logra controlar, poder celebrar las fiestas, con las reuniones familiares y con el incremento del consumo que aparejan, que también es importante desde el punto de vista económico.

¿A qué se atribuye la contenida transmisión en colegios: a que es menor en los niños, a que se cumple el protocolo, a ambas...?

Es verdad que la transmisión es menor entre los niños pero también que cumplen muy bien las normas. A mí me están sorprendiendo mucho, me admira su comportamiento siguiendo las normas. Los centros acatan el protocolo, aplican medidas de distancia, ventilación... Está claro que un colegio es un entorno mucho más seguro que un bar, por ejemplo. Ha quedado ya claro. Los niños están en el aula con mascarilla, manteniendo la separación, con las ventanas abiertas... y sin embargo, mucha gente va por la calle con la mascarilla y sigue sacándosela nada más entrar en un bar cerrado y con gente.

¿Qué cree que hemos aprendido los ciudadanos durante la pandemia y qué no hay manera de que nos entre en la cabeza?

Creo que tenemos más clara la importancia de un sistema público de salud potente y de proteger a nuestros mayores. También la necesidad de que la educación no se detenga, que nuestros hijos sigan yendo al colegio o instituto, que no se pierda una generación por este motivo. Lo que no aprendemos es hasta qué punto es importante aplicar las medidas de prevención en nuestras relaciones sociales. Especialmente lo veo en mucha gente joven. Salgo a dar un paseo por Lugo y veo grupos de chavales, todos sin mascarilla, sin darse cuenta de que ellos pueden pasar asintomáticos la enfermedad pero se relacionan con familiares mayores para quienes puede ser grave. Eso es algo que me cabrea muchísimo.

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