El mercadillo de Frigsa reabrió con solo 30 puestos de los 100 habituales

El Concello ampliará el recinto la semana que viene hacia el Auditorio para acoger más tenderetes y pondrá vigilancia para controlar el aforo
Los puestos solo ocupaban un lateral de las calles del recinto de Frigsa, quedando el otro libre. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Los puestos solo ocupaban un lateral de las calles del recinto de Frigsa, quedando el otro libre. VICTORIA RODRÍGUEZ

Fueron dos meses duros para los vendedores —que se quedaron sin mercadillos y ferias y tuvieron que echar mano de los ahorros para salir adelante— pero también para los clientes —que echaban de menos pasear, chafardear y comprar—. Este martes, por fin, retornaba la normalidad en las calles del recinto de Frigsa donde se colocan los puestos de los dos mercadillos semanales pero con una novedad: lo hacía al 30 por ciento. Es decir, con solo 30 puestos de los 100 habituales y con, todavía, muy escaso público.

Así fue este martes y así será pasado mañana, viernes. Pero la semana que viene —previsiblemente, ya en fase 2— la cosa cambiará y volverán los puestos de antes aunque manteniendo los dos metros de distancia y con todas las medidas higiénicas para prevenir el virus.

"Llevaba más de dos meses sin venir y ya me tardaba. Aquí compro ropa y toallas. Lo malo es que todavía hay pocos puestos. ¿Miedo? Una siempre tiene miedo, pero también lo tengo en el supermercado y tengo que ir", comentaba Carmen, una de las pocas compradoras que visitó este martes el mercadillo de Frigsa.

Los clientes acudieron a ojear y, de paso, aprovechar la soleada mañana para darse una vuelta pero el desencanto imperaba entre los vendedores. "No hay gente. Este es el primer mercadillo al que vengo, después de dos meses, y no me mereció la pena pagar los 18,50 euros que me cobró el Ayuntamiento por los ocho metros de puesto. No hice nada. Hoy [por este martes] solo se puede decir que venimos a probar, pero necesitamos vender porque, hasta ahora, estuvimos viviendo de los ahorros", comentaba Kerim, que tiene un puesto de ropa.

Kerim: "No hice nada. Solo venimos a probar, pero necesitamos vender porque hasta ahora solo vivimos de los ahorros"

El confinamiento y la falta de actividad hizo mella en los bolsillos de los vendedores del mercadillo estos dos últimos meses, lo que los obliga a salir aunque sea solo, como dijo Kerim, para probar.

"Hai que saír porque temos feito un investimento moi grande, que fixemos para adquirir o material e temos que comer. Levamos dous meses sen ingresos e, aínda que cobrásemos a axuda dos autónomos, con eses cartos non se mantén unha familia. Iso non é suficiente", afirmaba Antonio Méndez, que pone un puesto de ferretería en el mercadillo y en el que ahora hay bolsas para que se enfundan los clientes en las manos antes de tocar los artículos y gel hidroalcohólico a demanda.

En la frutería —la única que había— también la clientela era muy escasa. "De momento, isto está moi frouxo. Nós fomos xa ás feiras de Castro de Rei e de Meira e en todos os sitios hai pouca xente e a que se ve, pasea sobre todo. Pero nós temos que vir porque non podemos estar tirando de aforros", afirmaba Aida García.

Más satisfecha con las ventas estaba la panadera del Forno de Ousá, Elena. "Mellor do que esperaba, a verdade. Puxen un plástico todo arredor protexendo o posto para evitar que a xente toque o pan", afirmaba.

Cristina López Fernández: "Vaise pavimentar fronte ao Auditorio e ampliaremos alí 2.000 metros cadrados, o que suporá 50 postos máis"

A pocos metros, estaba Ricardo, quien todavía no tenía muy claro si iba a comprar o no. "Veño por mirar máis ben. Sempre veño dar unha volta por aquí: a comprar camisas, zapatos... pero hoxe [por este martes] non levo nada. Dá mágoa velo con tan pouca xente", decía.

REFORMA. En el mercadillo, también estaba la edil que se ocupa de su gestión, Cristina López, que anunció un aumento de los puestos sobre lo habitual en casi un 50 por ciento más. "Vaise pavimentar fronte ao Auditorio e ampliaremos alí 2.000 metros cadrados máis de mercado, o que suporá uns 50 postos máis", indicó.

Además, para evitar contagios, el Ayuntamiento controlará el aforo con dos vigilantes, apostados en las entradas, y agentes de la Policía Local. También habrá gel, pantallas de seguridad y guantes a disposición de los compradores en una caseta ubicada en el recinto.

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