Al menos siete familias lucenses esperan un hijo en Ucrania por subrogación

Otra pareja lucense aguarda desde julio que el consulado le dé el pasaporte de su bebé

Marina con su hijo Olaf (nombres falsos), el primer niño de Lugo nacido por subrogación hace tres años. IRIA L.V.
photo_camera Marina con su hijo Olaf (nombres falsos), el primer niño de Lugo nacido por subrogación hace tres años. IRIA L.V.

Al menos siete familias lucenses esperan ahora mismo tener un hijo por gestación subrogada en Ucrania. Cinco de estas familias iniciaron el proceso hace meses a través de go4baby y las dos restantes acudieron a la consulta de la abogada coruñesa Ana Miramontes para ser asesoradas. Estas siete familias esperan con preocupación el nacimiento de sus hijos ante los problemas burocráticos que está poniendo actualmente el consulado en ese país para extender a los bebés el pasaporte español.

"Los que están ahora mismo esperando y van a viajar dentro de poco a Ucrania van asumiendo que puede haber este tipo de problemas burocráticos, dado lo que está pasando con los últimos bebés que nacieron a partir del 5 de julio. Pero hay que hacer frente a la situación y en el peor de los casos se vendrían para España con un pasaporte ucraniano y luego solicitarían aquí la nacionalidad", explica David Monje, administrador de go4baby.

Entre esas familias que, actualmente, están atrapadas en Ucrania por los trámites burocráticos del consulado español que, por ahora, les deniega el pasaporte a los bebés, hay una pareja lucense cuyo hijo nació este verano y que también realizó todo el proceso con la agencia go4baby. La última noticia es que el consulado español estudiará cada uno de los casos antes de extender o denegar la documentación y comenzará con estas gestiones de inmediato.

Antes de que surgiesen estos problemas para inscribir a los niños nacidos en Ucrania por este sistema, se hacía una prueba de ADN para demostrar la paternidad y el consulado concedía al bebé el pasaporte. Ya en España la mujer adoptaba al hijo de su pareja. Sin embargo, este verano el consulado comenzó a poner problemas a los padres alegando, en un principio, que no admitía la prueba de ADN por una incompatibilidad con la Ley de Protección de Datos y se paralizaron las inscripciones. Por otra parte, Exteriores desaconsejó la gestación en ese país ante la sospecha de algún caso de supuesto tráfico de menores.

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