Tres menores humillan y atacan con un paraguas a una octogenaria en Lugo

"Les dije que no les iba a dar nada y que me dejaran, pero me sacaron el gorro y lo tiraron debajo de un coche para reírse", explica la víctima. "La Policía Local no respondió y la Nacional me dijo que ellos no estaban para educar a nadie", lamenta

Vista de la calle Montero Ríos. XESÚS PONTE (AEP)
photo_camera Vista de la calle Montero Ríos. XESÚS PONTE (AEP)

Tres menores asaltaron el pasado sábado a una octogenaria cuando caminaba por Montero Ríos a plena luz del día. Los jóvenes rodearon de repente a la mujer, aparentemente con la intención de robarle, pero la víctima no cedió a sus presiones y los chicos se dedicaron a humillarla durante un buen rato, hasta que vieron que se acercaba gente y se marcharon corriendo. Antes de irse, los menores golpearon a la mujer con un paraguas, haciendo gala de una desconsideración alarmante.

Según explicó la víctima -de 83 años-, el sábado por la mañana salió de su casa como de costumbre para dar un paseo. Sobre las tres menos cuarto del mediodía, cuando regresaba a casa, tres jóvenes se acercaron a ella en Montero Ríos y la rodearon. "Me dijeron que les diera algo y me pedían mi paraguas, pero yo les dije una y otra vez que no les iba a dar nada y que me dejaran en paz. Les supliqué que me dejaran marcharme, ya que me tenían rodeada y no podía seguir mi camino. Sin embargo», contó, «no se movieron. Es más, me quitaron un gorro que llevaba puesto y lo tiraron debajo de un coche para reírse".

Muerta de miedo, la mujer les pidió una vez más que la dejaran marcharse. "No me hacían ni caso y de repente se acercaron y me pegaron con un paraguas roto que llevaban. Entonces escucharon que se acercaba gente caminando y se marcharon".

Cuando se recuperó del susto, la octogenaria se fue a casa y le contó a su hijo lo sucedido. "Al principio temblaba y no era capaz de explicar lo que me había pasado", señaló la víctima, "pero luego me tranquilicé un poco. Mi familia me preguntó por qué no había gritado ni pedido ayuda, pero en aquel momento no sabía como reaccionar. Jamás pensé que me podía pasar algo así a plena luz del día, y además eran unos niños, yo creo que tendrían sobre doce o catorce años".

Una vez en casa de su hijo, la mujer decidió llamar a la Policía para contar lo sucedido, pero asegura que se sintió "totalmente indefensa", ya que no atendieron a sus demandas. "Llamé tres veces a la Local y ni siquiera me cogieron el teléfono, así que decidí llamar a la Nacional. Le conté lo que me había pasado a la persona que me cogió el teléfono y le pedí que intentaran localizarlos, aunque solo fuera para que se asustaran y dejaran de actuar así. El policía me escuchó y luego me dijo: Mire, nosotros no estamos para educar a nadie".

La respuesta indignó a la víctima, que no tiene previsto denunciar los hechos. "Puede que la Policía tenga razón y que no estén para educar a nadie, pero lo correcto sería que me informaran de lo que tenía que hacer si quería interponer la denuncia. No creo que la respuesta que me dieron fuera adecuada. Visto lo visto, seguramente no voy a denunciar".

PELEA. El ataque a la octogenaria no fue el único que protagonizaron los tres menores el pasado sábado. Poco antes del ataque, los chicos entraron en un bar de la misma calle y el encargado tuvo que echarlos.

"Entraron los tres y me pidieron un vaso de agua. Al principio estaban tranquilos, pero de repente empezaron a pelearse entre ellos y tuve que pedirles que se marcharan. No dijeron nada y se fueron. Es terrible porque eran unos niños, yo creo que uno no tendría ni 9 años", explicó.

Ese mismo día, la octogenaria fue por la tarde a un supermercado de la zona y una de las empleadas le dijo que ya habían tenido problema con los menores varias veces, ya que los habían sorprendido robando.

Al salir del establecimiento, la víctima se encontró de nuevo por casualidad a los tres agresores sentados en un portal y les dijo que iba a llamar a la Policía por lo que le habían hecho. "Estaban comiendo golosinas. Uno me dijo: 'Por favor, no la llames'. Luego me lanzaron unas cáscaras de algo que estaban comiendo y se marcharon corriendo", contó la mujer.