Hace justo medio siglo entraban a vivir en el grupo La Paz los primeros veinte adjudicatarios de unas viviendas sociales que siguen siendo uno de los símbolos del barrio de Fingoi y que marcaron en buena medida la extensión de la ciudad hacia el sur.
Los primeros lucenses que ocuparon aquellas viviendas eran ciudadanos que habían sufrido expropiaciones y que, por tanto, habían adquirido el derecho a una casa de protección oficial del Estado.
Eran los primeros y una mínima parte de los que llegarían en entonces en muy corto tiempo, ya que el llamado grupo La Paz sumaba 200 viviendas y parte de ellas se adjudicaron a ciudadanos asentados en núcleos chabolistas a los que se optó por realojar en condiciones más dignas, según contaba entonces El Progreso, que urgía a que se acelerara la entrega de las viviendas, ya acabadas y que se otorgarían en propiedad.
Las casas no eran grandes, pero marcaban un antes y un después y el hecho es que hoy, por razones como su ubicación y características, son muy cotizadas. Pocos pueden presumir de vivir en una casa tan cerca del centro.
Muchas de las casas han sufrido transformaciones, pero en esencia se mantiene la armonía de un conjunto que abrió la puerta al crecimiento de Fingoi en un momento en que esa zona de Lugo empezaba a estar mejor comunicada, gracias en parte a hitos como la demolición definitiva del viejo cementerio de la ciudad, que se situaba en lo que hoy es Ramón Ferreiro.
Las del Grupo La Paz no fueron las primeras viviendas sociales de Lugo. Antes se hicieron, por ejemplo, las de la Quinta de Pérez, certificadas en 1966, pero sí marcaron el inicio de un gran desarrollo de los pisos protegidos en esa zona de la ciudad, donde en los años siguientes se crearían hasta 460. El barrio sumó, así, buen número de las 2.890 residencias de ese tipo que suma hoy la capital.
Y con las casas fueron llegando otros muchos servicios. Así, por ejemplo, en la primavera de 1972 empezó también la obra del grupo escolar del polígono de Fingoi, que formaba parte de un plan de urgencia que el Ministerio de Educación llevaba a cabo para crear nuevas plazas escolares. Se trabajaba a toda prisa, porque el objetivo es que los estuvieran concluidos para el próximo curso escolar. Llegaban muchos vecinos y hacía falta un colegio en septiembre.
