Los médicos de Familia residentes de Lugo prefieren otros destinos al no tener contratos estables

La mayoría de doctores de centros de salud de Lugo pasa un par de años encadenando destinos de semana o días al empezar a ejercer ►Comunidades como Asturias o Castilla y León captan facultativos de otras zonas con ofertas de seis meses o un año al inicio de su carrera

Sala de espera en un centro de Primaria. XESÚS PONTE
photo_camera Sala de espera en un centro de Primaria. XESÚS PONTE

LUGO. Una media de quince médicos de Familia comienzan cada año su formación en los centros de salud, PACs y hospitales de Lugo. Fueron, en concreto, catorce el año pasado, quince el actual y dieciséis en 2019. Sin embargo, no suma nuevos facultativos de Primaria al mismo ritmo. En una provincia en la que un 40% de los médicos de cabecera estarán en condiciones de jubilarse en los próximos cinco años, se colegiaron de esa especialidad en el 2015 11; en el 2016, solo 3; en 2017, 12 y en lo que va de este año, 1.

El principal motivo que disuade a los residentes de Familia de quedarse en Lugo para ejercer es la estabilidad. Lo habitual es que un médico de Primaria al inicio de su carrera profesional pase de uno a dos años encadenando contratos de días o semanas, rotando por toda la provincia en distintos centros de salud, sin acabar de saber nunca dónde pasará más tiempo. Será raro que le falte trabajo, pero el trabajo que tendrá será así: de frecuencia irregular, sin margen para la planificación y sin posibilidad de establecer relaciones con los pacientes y hacer un seguimiento continuado de sus problemas de salud. No tendrá vacaciones porque es en verano cuando más demanda hay en algunas zonas, como A Mariña.

Esas peculiaridades en la contratación -que hace que, por ejemplo, en muchas ocasiones la ausencia por baja o por vacaciones de un médico con plaza se cubra solo con un contrato de un par de días semanales y que estos puedan llegar a acumular de 15 a 20 contratos diferentes en un mes- no son exclusivas de la provincia de Lugo ni mucho menos. Están ocurriendo en todas las áreas sanitarias gallegas.

Otras comunidades lo saben y "pescan" en Galicia a sus residentes porque la necesidad de médicos de Familia es generalizada. En toda España se echó a andar a la vez el sistema nacional de salud y muchas jubilaciones de facultativos de Primaria suceden, por tanto, también a la vez. Las ofertas acaban convenciendo a muchos de los residentes precisamente porque favorecen la estabilidad.

Asturias o Castilla y León, por ejemplo, tienden a proponer, de partida, contratos de seis meses a un año a los médicos que empiezan a ejercer y ambas han conseguido captar a residentes que acabaron su formación en Lugo a lo largo del año pasado.

Una particularidad es que, aunque esos contratos pueden acabar con la inestabilidad, no lo hacen con la movilidad. Es decir, no es que al médico se le contrate para ejercer ese primer año de carrera en un centro de salud concreto, sino que lo hará en un área, por la que acabará moviéndose en función de las necesidades.

Esa clase de ofertas no se hacen en Galicia, en la que el médico cambia de contrato una vez que empieza en otro centro de salud, aunque solo vaya a pasar consulta durante dos días. Si a la semana siguiente vuelve otros dos días, se le hace un nuevo contrato.

EXTRANJEROS. Todos los facultativos que acaban su formación especializada aspiran a contratos estables con una duración que les permita hacer planes y no estar pendientes del teléfono para ver dónde tendrán su siguiente contrato. Sin embargo, hay un grupo para los que se trata de una necesidad más apremiante y cuyos integrantes serán muy difíciles de captar para el Sergas mientras no cambie su política de contratación: los extranjeros.

Cada año, un porcentaje de los médicos residentes que se forman en Lugo son extranjeros que, o bien estudiaron la carrera en España o tras convalidarla se forman como especialistas. Cuentan con permiso de residencia mientras son estudiantes y aunque perciban un sueldo, como ocurre durante los cuatro años de residencia. Sin embargo, si al acabar no cuentan con un contrato con una duración mínima de seis meses tienen que volver a su país.

Por ese motivo, los que desean trabajar en España se trasladan a la comunidad que esté en condiciones de hacerles una propuesta más estable o incluso abandonan la sanidad pública y aceptan contratos en alguna mutua que les permita continuar viviendo en España.

Que se dé estabilidad a los contratos es la principal demanda de médicos en formación y en ejercicio, junto con el incremento de plazas Mir. Esa decisión depende del ministerio y debe ser tomada con mucha antelación si se tiene en cuenta que un facultativo de Familia, por ejemplo, tarda una media de once años en formarse, desde que empieza la carrera hasta que acaba los cuatro años de residencia.

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