Más de tres siglos de historia

La Ofrenda del Antiguo Reino de Galicia tiene 346 años de historia. A lo largo de este tiempo, las siete capitales se turnaron para hacer anualmente la ofrenda en Lugo. La tradición no se rompió ni cuando se reorganizó el territorio en cuatro provincias, en 1833
La guardia de gala, durante la salida de una procesión de la Ofrenda
photo_camera La guardia de gala, durante la salida de una procesión de la Ofrenda

Ni la aparición de las provincias, en 1833, ni la Segunda República consiguieron romper la tradición anual -establecida en 1669- de que las siete capitales del Antiguo Reino de Galicia (Tui, Mondoñedo, Betanzos, A Coruña, Santiago, Ourense y Lugo) realizasen la Ofrenda al Santísimo Sacramento en la catedral de Lugo, ciudad que, por otra parte, tiene el privilegio de exponer de forma permanente el Santísimo.

La Ofrenda fue ideada por un canónigo magistral, Xoán Velo, que le comunicó el proyecto a los magistrados de la Real Audiencia, según recoge Xosé Filgueira Valverde, quien añade que el cabildo le encargó un memorial al erudito Pallares Gayoso. Finalmente, la Junta del Antiguo Reino de Galicia tomó el acuerdo de realizar la Ofrenda en una reunión convocada en 1669 por la reina gobernadora Mariana de Austria.

En estos tres siglos de tradición histórica de la Ofrenda, el rito fue siempre el mismo: el cortejo de autoridades salió siempre del Ayuntamiento hacia la catedral con el pendón del marqués de Ombreiro (el último diputado general) y bajo los sones del himno del Antiguo Reino de Galicia.

Incluso, durante la Segunda República, hubo años en los que se realizó la Ofrenda de la forma tradicional. De hecho, en junio de 1934 le tocó a Tui y al año siguiente, le correspondería a Lugo. El Progreso da cuenta, el 15 de junio de 1935, de todos los preparativos, organizados por la Cofradía del Santísimo Sacramento. También informa de la actuación del coro, integrado por miembros de la Coral Polifónica y de la capilla de la catedral. Además, se radiarían los actos desde la basílica. La crónica da cuenta de que el viril se enriqueció con la donación de nuevas alhajas «recientemente donadas por una persona piadosa».

Tres días más tarde, el 18 de junio, se habla de una peregrinación al Santísimo, con gente procedente de toda Galicia, León y Asturias, y de la recuperación, por parte de los gremios, de sus imágenes patronales en la procesión.

Consta también, en la hemeroteca de El Progreso, que en 1932 la Ofrenda fue realizada por un delegado de la Adoración Nocturna.

privilegio. Aunque los orígenes del privilegio de la exposición permanente del Santísimo Sacramento no están documentados, autores como el padre Gándara hablan del siglo VI mientras que otros los sitúan entre los siglos XII (por unas palabras de Doña Urraca, según Xosé Filgueira Valverde) o XV, según cuenta el investigador de la Uned Julio Ignacio González Montañés, que hizo una tesis sobre el Corpus en Lugo.

El por qué de esta concesión tampoco se conoce. Según Filgueira Valverde, pudo proceder de un concilio donde se declarase la presencia real o del afán de que perdurase una forma de culto en las grandes basílicas, especialmente en la de Lugo, por quedar exenta Galicia del dominio islámico. El culto al Santísimo se reforzaría en el siglo XIII frente a cátaros y albigenses. Y en 1534, el retablo que hizo Cornielles de Holanda incluiría un sagrario-hostensorio, sin precedentes conocidos, con un cristal en la puerta para la colocación de la hostia consagrada. Finalmente, el emblema eucarístico pasó a formar parte de la heráldica y la bandera de Galicia.

En la Segunda República, se siguió haciendo la Ofrenda, venían peregrinos y se radiaban los oficios desde la catedral

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