EL LUGO DE...

Pablo Castro Girona, más allá de alfiles y reyes

El referente del ajedrez en la ciudad acostumbra a coger la bicicleta y buscar sosiego junto al Mera
Castro, en el paseo de los molinos, en Orbazai. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Pablo Castro, en el paseo de los molinos, en Orbazai. VICTORIA RODRÍGUEZ

Su pasión es el ajedrez y su ambición, poner a Lugo en el mapa de ese deporte. Por eso es conocido en Lugo Pablo Castro Girona, pero este lucense tiene refugios más allá de peones y alfiles y su favorito es el paseo de los molinos, en Orbazai.

No tiene coche, pero es habitual que coja su bici y se marche a pasear junto al Mera. "Es un lujo. Estás al lado de la ciudad y a la vez en pleno monte. Es naturaleza y tranquilidad", dice Castro, que reconoce que otros paseos de la ciudad también le gustan, pero que prácticamente solo ese te permite estar solo con tus pensamientos en medio de la naturaleza.

Castro descubrió el ajedrez cuando era un niño de EGB, con el padre fray Vega, que se empeñó en que no todo fuera fútbol en el colegio Franciscanos. A él le encantó y todos los días, al acabar de comer, se iba a jugar al ajedrez.

Hoy intenta despertar en cientos de niños el descubrimiento que él hizo en la infancia y al que ve como un valor esencial el hecho de «hay que saber adelantarse a lo que piensa el otro, visualizar la próxima jugada. Es un aprendizaje que a él le parece importante para avanzar en asignaturas como matemáticas o lengua y por eso se empeña en introducir el ajedrez en los colegios. Es un afán en el que tiene cada vez más éxito.

Y dada su pasión por ese deporte, su segundo escenario en Lugo es el tablero gigante de la Praza Maior, donde tantas partidas ha organizado y tantos lucenses se han acercado al juego.

Y casi al lado está, además, el Círculo de las Artes, un edificio que le fascina. "He sido socio siempre y el edificio me parece increíble, y no ya solo por estancias como el salón regio, sino porque hay un montón de rincones preciosos", dice.

Castro, que recibe a muchos visitantes en Lugo por los torneos de ajedrez, no deja de llevar a la gente a esos sitios y dice que todos quedan encandilados.

"No sabemos lo que tenemos"
La Praza Maior, con epicentro en el tablero gigante de ajedrez, es para Castro un escenario vital determinante, pero también un punto de partida para enseñar la muralla, el Museo o los paseos fluviales. "Me parece que a veces no valoramos lo que tenemos", sentencia
Círculo. Le gusta el edificio, siempre ha sido socio y en la memoria guarda torneos que pusieron a Lugo en el mapa.