Los aficionados lucenses al fútbol sala recuerdan a María Paz Rodríguez en el Pabellón Municipal, bien en el palco al lado de su marido, Manuel Vázquez Corredoira, cuando era presidente del Azkar, o bien en la grada cuando este tomaba las riendas del equipo. El fútbol sala estuvo presente en la vida de María Paz. Además de su marido, su hijo, Manuel María, también jugó a este deporte.
María Paz Rodríguez se fue el martes de forma prematura, a los 58 años de edad, víctima de una dura enfermedad, y su familia se despidió de ella este miércoles, en la iglesia parroquial de Ramelle, en Friol, de donde era originaria. En ese último adiós, muchas caras conocidas del fútbol sala de la provincia y de la sociedad lucense, como su padre político, el constructor Manuel Vázquez Pedrouzo, el hijo de este, Octavio, que siguió los negocios de su padre en ese sector, al que también se dedica su marido. También María Novo, exdelegada de urbanismo en el último mandato de López Orozco en la alcaldía de Lugo, hermana política de la fallecida.
A María Paz, que trabajó en la autoescuela Colupa, se le echará en falta en las calles del centro, por donde solía pasear con amigos y familiares, sobre todo en Bispo Aguirre, donde residía.
