La visita a las floristerías se anticipó este año en unos días con respecto a ediciones anteriores. Muchos clientes llevaron ya flores al cementerio a mediados de la semana pasada cuando otros años se dejaban este tipo de quehaceres para uno o dos días antes de Todos los Santos y Difuntos. Eso fue lo que percibieron desde la floristería Mari, en la Rúa Vilalba. "As vendas foron igual que outros anos pero si vimos que a xente empezou a levar moi axiña as flores ao cemiterio. Algúns xa as levaron o mércores pasado", explicaban en esta floristería, en una entrevista relámpago, mientras que atendían las peticiones de los clientes de última hora.
Las flores más vendidas en este establecimiento fueron, para no romper la tradición, el clavel, el crisantemo y la rosa. "Se vendió de todo: centros, flores sueltas y ramos", afirmaban en la floristería Mari, donde la docena de rosas salía por 55 euros.
En otra floristería, Kenia, en A Milagrosa, aseguraban que las flores subieron ligeramente en comparación al año anterior con una excepción: la margarita. "A que menos subiu foi o caravel e a que máis, a margarida. Un ramo de cinco varas pasou de costar 7,50 o ano pasado a 9 este ano", decían.
En el resto de las flores, la subida de precios fue más suave. "A ave do paraíso pasou de 3 euros a 3,50, a unidade, e os caraveis, de 10,80 a 11 euros, a ducia. A sempreviva tamén variou pouquiño", señalaban en la floristería Kenia.
En este local, también se vendían plantas de crisantemos, a 13,50 aquellas que tenían forma de bola. Sin embargo, los clientes se decantaban más por los centros. "Este ano tivemos máis demanda de centros ou ramos. Tamén vimos que a xente gastou máis diñeiro pois vendéronse centros que custaban de 50 a 70 euros", contaban.
Más descontentos estaban en la floristería Arume, en la Praza da Soidade, donde aseguraban que la peatonalización redujo las ventas este año en un 25 por ciento. "Al peatonalizar toda esta zona, los clientes no pueden traer sus coches y cargar y también tenemos problemas para que el transporte descargue porque es un horario reducido", decían en esta floristería del centro.
Aquellos que tras comer el pulpo todavía se encuentren con ánimo de escuchar música en un escenario diferente —el cementerio San Froilán— podrán hacerlo en horario de once y media de la mañana a dos y media de la tarde y de cuatro a seis de la tarde. Alumnos de las escuelas de música mancomunadas de Begonte, Rábade, Outeiro de Rei y Friol interpretarán un variado repertorio musical ajustado al lugar y al momento. Los músicos tocarán en distintos puntos del cementerio. Habrá un trío de piano, oboe y flauta, un cuarteto de saxofón, un dúo de piano y voz, un trío de metales y un dúo de música más tradicional, compuesto por zanfona y voz, entre otras propuestas.