Manuel Arias Veiga: "Hay la misma delincuencia que antes, pero en distinto horario"

Desde que la ciudadanía volvió a la calle tras el confinamiento, las trifulcas en la capital han sido una constante. Peleas juveniles, robos violentos o el desalojo de casas okupadas han provocado una sensación de inseguridad que la Policía entiende, pero matiza. "No hay más altercados que antes, pero ahora se registran de día y son más visibles", explica Manuel Arias Veiga, subinspector portavoz de la Policía Nacional de Lugo

Manuel Arias Veiga. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Manuel Arias Veiga. VICTORIA RODRÍGUEZ

Conoce de primera mano lo que pasa en las calles de la capital lucense porque repasa a diario el trabajo de sus compañeros para tener una visión global y hablar con conocimiento de causa. El portavoz de la Policía Nacional de Lugo, Manuel Arias Veiga, entiende la preocupación de los ciudadanos tras los últimos altercados registrados en Lugo, pero niega un aumento de la delincuencia y lanza un mensaje claro: "Lugo sigue siendo una ciudad segura". 

Las estadísticas oficiales revelan un descenso general de la delincuencia durante el primer semestre del año. ¿Qué percepción ha tenido la Policía Nacional de la ciudad durante el confinamiento? 
Evidentemente, el índice delictual se redujo al no haber gente en la calle. Además, con los ciudadanos en casa, los delincuentes también lo tenían mucho más difícil, ya que era más fácil detectarlos. Antes teníamos que vigilar las zonas de ocio, donde había mucha gente, y ellos aprovechaban para actuar en otros puntos, pero al poder estar las patrullas mucho más activas y dispersas por toda la ciudad, eran más visibles, por lo que se redujo el número de delitos. 

Con la vuelta a la nueva normalidad y los últimos altercados, muchos lucenses tienen la percepción de que se ha disparado la delincuencia, ¿cuál es realmente la situación actual? 
No se disparó la delincuencia, lo que ocurre es que el horario de vida es diferente. Antes, la gran mayoría de los hechos delictivos se registraban en horario nocturno, o de madrugada, cuando apenas había gente en la calle. Ahora, ese horario de ocio nocturno no existe, por lo que muchos de esos hechos, como agresiones o robos, se producen de día, o entre las entre las ocho de la tarde y las once de la noche, por lo que son mucho más visibles. La percepción del ciudadano puede que sea que hay más delincuencia, pero la realidad es que hay exactamente la misma, pero en distinto horario. 

Los vecinos del casco histórico se quejan de las continuas peleas y trapicheos en la Praza Maior. La problemática no es nueva, pero, ¿ha ido en aumento?, ¿preocupa la delincuencia juvenil en Lugo? 
El fondo de la Praza Maior es un lugar de reunión de jóvenes desde hace más de 40 años y es una zona que siempre se ha vigilado. De hecho, la Policía Nacional ya desmanteló dos puntos de venta de droga en ese lugar en el último año y se siguen realizando controles. Y en cuanto a las peleas, no hay ningún incremento sustancial. Son riñas entre chavales por sus problemas habituales, pero casi nunca hay partes médicos por lesiones y las heridas no pasan de arañazos. Las trifulcas son muy escandalosas, pero no tienen una peligrosidad extrema. Aun así, es normal que generen alarma y tanto la Policía Nacional como la Local han incrementado la vigilancia para evitar estas conductas. 

En Lugo, a día de hoy, no hay ninguna zona más conflictiva que otra

Otro problema que no deja de preocupar a los lucenses son los robos. Las estadísticas revelan que habían descendido antes de la pandemia, pero casos como el de Campo Castelo crean inseguridad. ¿Están aumentando los robos con violencia o puede decirse que es un hecho aislado? 
Con ese grado de violencia, se trata de un caso muy aislado y no es lo habitual en Lugo. Los robos con violencia que se registran en la capital suelen ser tirones —que también pueden tener consecuencias gravísimas— o asaltos con amenazas, en los que pocas veces se exhiben armas, pero no suele haber ese ensañamiento posterior como en el caso de Campo Castelo. 

Los últimos incidentes relevantes tuvieron lugar en el casco histórico. ¿Es una zona especialmente insegura?, ¿hay puntos de la ciudad más conflictivos que otros? 
En Lugo, a día de hoy, no hay ninguna zona más conflictiva que otra. Si cogemos un mapa delictual de la ciudad vemos que no hay ningún punto donde proliferen especialmente los delitos. Evidentemente, si hablamos de robos en empresas, por ejemplo, hay más incidencia en los polígonos, pero a nivel general no hay zonas críticas. Lo que pasa en el centro es que hay más afluencia de gente y se ven más las cosas. 

Otra problemática actual es la ocupación. Concello y Subdelegación afirman que en Lugo solo hay seis viviendas okupadas. ¿Generan problemas de convivencia? 
Desde el punto de la vista la Policía Nacional no generan problemas de seguridad ciudadana u orden público. Si hay problemas por ruidos, o de otro tipo, tendrá conocimiento el Concello, pero no hay una actividad delicitiva vinculada a la ocupación. Lo que sí detectamos fueron varios casos de robos en casas que trataron de tapar con una okupación, ya que saben que el robo con fuerza implica la detención inmediata y las consecuencias de okupar una vivienda, de entrada, son más leves. 

El descenso de la delincuencia en general choca con el aumento de delitos contra la integridad sexual y de violencia de género. ¿Hubo muchas actuaciones en estos ámbitos durante el confinamiento? 
Pudo haber un pequeño repunte porque hubo una mayor convivencia, al igual que pasa habitualmente en las vacaciones, por ejemplo, pero no se registró un aumento significativo. Lo que pasa es que no hay muchos casos y, si aumentan un poco, los datos a nivel porcentual se disparan. También hay que tener en cuenta que son delitos que se tapan cada vez menos y también hay más denuncias a través de los servicios médicos, que siguen a rajatabla los protocolos de actuación ante cualquier sospecha de un caso de agresión sexual o maltrato.

La conducta de la gente en el confinamiento fue ejemplar y lo sigue siendo. Los infractores siempre son los mismos

Con la población en casa, ¿en qué se ha centrado el trabajo policial durante el confinamiento? 
El trabajo policial no disminuyó, sino todo lo contrario, aumentó mucho porque había que recorrer toda la ciudad controlando que se cumplieran las restricciones establecidas en el estado de alarma y, posteriormente, en la situación de emergencia. Además, se generó una demanda por parte de los ciudadanos totalmente diferente a la vinculada a los delitos, pero la sala del 091 se vio casi desbordada por momentos debido a la gran cantidad de preguntas y cuestiones que planteaba la gente. También hubo muchas llamadas comunicando que algún vecino salía sin mascarilla o en horario prohibido; puede decirse que había un exceso de celo en este sentido. En el 95% de los casos eran salidas justificadas, pero la gente estaba muy concienciada. 

¿Y cómo fue el comportamiento de los lucenses en esos meses? 
El comportamiento de la población en Lugo fue ejemplar, y eso se demuestra en el número de denuncias y detenidos, inferior al de otras comisarías. Además, casi siempre eran los mismos infractores; a uno se lo detuvo siete veces. Y actualmente también hay pocas denuncias por no utilizar mascarilla. No se puede decir que haya mucho trabajo policial en ese sentido porque la gente cumple.

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