LUGO. Los fines de semana suelen ser los mejores días para la hostelería. El domingo la jornada se complicó para los restaurantes de la Rúa Nova. La avería de un transformador les dejó sin corriente durante ocho horas, lo que se tradujo en pérdidas económicas para los establecimientos y malestar entre los afectados por la falta de información por parte de la compañía.
Los empresarios se encontraron sin electricidad alrededor de las 15.30 horas, en el momento de la sobremesa. «Tuvieron que hacer las facturas a mano como si fuesen los 70», explicó el presidente de Lugo Monumental, Luis Latorre. Esta falta de suministro también significó no poder servir cafés, ya que las cafeteras dependen de la corriente. Sin cafés también resultó más difícil vender copas y chupitos, otro ingreso tradicional.
La principal crítica de los hosteleros ha sido la «falta de comunicación», transmitió Latorre. Aseguran que en ningún momento se les informó de cómo avanzaba la reparación, una situación frustrante. El apagón no terminó hasta pasadas las 23.00 horas.
Para Manolo Vázquez, gestor del restaurante Campos, la historia se complicó. A lo largo del apagón intentó ponerse en contacto con la compañía eléctrica, pero no consiguió ninguna información. «Llamamos veinte veces», remarcó Vázquez.
Su establecimiento abría el domingo por la noche para atender una reserva para un grupo grande. «Eran de fuera y al final tuvo que cancelarse», comentó el hostelero. También se perdió el género destinado a esta cena. Vázquez calcula que se habrán perdido unos 1.500 euros de facturación bruta.
