Los dos radares fijos instalados en la Ronda da Muralla sorprendieron en los seis primeros meses del año a 2.800 conductores que sobrepasaron el límite de velocidad, lo que se traduce en una media superior a los 450 infractores al mes. Estas cifras ponen de manifiesto que los excesos de velocidad por la Ronda son constantes y que la presencia de los radares no han logrado atajar por completo una conducta que pone en riesgo la seguridad vial.
Según los datos que maneja el Concello, del 1 de enero al 10 de julio se tramitaron un total de 2.083 expedientes por exceso de velocidad en la Ronda, limitada a 30 kilómetros por hora. El radar instalado a la altura del número 156 -cerca de la puerta de Santiago- sorprendió a 1.514 infractores, mientras que el cinemómetro sito en el número 68 -en las inmediaciones del multiusos de la Xunta- cazó a 1.289.
La mayor parte de los infractores, 2.574, circulaban a velocidades de entre 31 y 50 kilómetros por hora. Otros 193, entre 51 y 60 kilómetros; 25, entre 61 y 70 kilómetros, y otros 11, entre 71 y 90 kilómetros. Así, 36 conductores duplicaron o triplicaron el límite. El accidente del sábado ocurrió fuera de la zona de medición de los radares, por lo que serán los investigadores quienes fijen la velocidad a la que circulaba el coche.