Machacar psicológicamente y violar a su expareja le cuesta 13 años de cárcel

El Supremo considera probado que "la humillaba, la dominaba y la golpeaba". El acusado negó los hechos y alegó que ella lo acusó "por celos"
El acusado, el 6 de marzo del pasado año en la Audiencia. ARCHIVO
photo_camera El acusado, el 6 de marzo del pasado año en la Audiencia. ARCHIVO

El Tribunal Supremo desestimó el recurso de casación de un lucense acusado de maltratar y agredir sexualmente a su expareja, confirmando así la condena de trece años y cinco meses de prisión que le había impuesto la Audiencia Provincial de Lugo.

El acusado negó todos los hechos en el juicio y achacó la denuncia a "los celos" de la mujer, pero el tribunal le da "total credibilidad" al testimonio de la víctima, que ofreció en la vista un relato cruel y desgarrador de su vida junto al acusado. "Al final ya me daba igual que me pegara, pero psicológicamente me machacaba y yo no podía más. Prefería que me golpeara, porque eso duraba dos minutos, pero las amenazas y las humillaciones no terminaban nunca", dijo.

La mujer contó que, al principio de la relación, el acusado era "muy buena persona", pero poco a poco comenzó a cambiar. "Siempre tenía deudas y me pedía dinero. Yo algunas veces se lo daba, pero cuando le decía que no podía ser, me pegaba. Luego ya empezó a cogérmelo sin preguntar y alguna vez llegó incluso a sacármelo del banco", contó.

El agresor no podrá aproximarse a la víctima en 23 años

Tal y como relató ante la sala, las discusiones entre ellos comenzaron a ser frecuentes, hasta el punto de que el hijo mayor de la mujer abandonó el domicilio. "Mi hijo me decía que era demasiado celoso y dominante y que tenía que dejarle, pero yo tenía mucho miedo porque me amenazaba. Me decía que si lo denunciaba le iba a hacer daño a toda la familia. Decía que por 50 euros podía contratar a alguien para matarnos y que a él no le iba a pasar nada. Que como mucho iba a entrar en la cárcel por una puerta y salir inmediatamente por la otra".

A finales de 2013, la mujer decidió poner fin a la relación, pero, según relató, las agresiones y las amenazas no cesaron. "Venía a mi casa y a mi lugar de trabajo a pedirme dinero y si no se lo daba me golpeaba. Llegué a cambiar la cerradura de mi domicilio varias veces. Le tenía pánico".

El tribunal da "total credibilidad" a la mujer

La denunciante explicó también que, en dos ocasiones, el acusado se tiró encima de ella y la obligó a mantener relaciones sexuales en contra de su voluntad. "Intenté sacármelo de encima, pero no pude. Le pedí una y otra vez que parara y que me dejara en paz o lo denunciaba, pero él solamente se reía y me decía que no me iba a atrever a denunciarlo. Hizo lo que quiso conmigo y después se marchó riéndose".

La Audiencia Provincial de Lugo condenó al hombre por los delitos de maltrato habitual, agresión sexual y allanamiento de morada, por los que le impuso una condena total de trece años y cinco meses de prisión.

RECURSO. El acusado, sin embargo, continuó negando los hechos y recurrió la condena ante el Tribunal Supremo, alegando que no había pruebas suficientes para vulnerar la presunción de inocencia. La sala, sin embargo, discrepa completamente de su argumento. "El testimonio prestado por la víctima resulta veraz y se ve corroborado por elementos periféricos, por lo que queda suficientemente acreditado que el recurrente sometió a la víctima a una situación prolongada de maltrato, llegando a agredirla sexualmente en dos ocasiones", concluye.