Lugo ya es la segunda ciudad española que más tarda en pagar facturas

La capital lucense se sitúa con 108 días de retraso medio por detrás de Jaén, según Hacienda
Un corte de luz por impago de facturas obligó en 2016 al Concello a instalar un generador en el MIHL
photo_camera Un corte de luz por impago de facturas obligó en 2016 al Concello a instalar un generador en el MIHL

La capital lucense está escalando posiciones en un ránking nada positivo ya que, según el último estudio de morosidad en las administraciones locales del Ministerio de Hacienda, Lugo pasó del tercer puesto al segundo entre las ciudades españolas que más tarda en pagar las facturas a sus proveedores, con un periodo medio de abono de 108.32 días y una demora real de 138,32 días. La desafortunada estadística solo coloca por detrás de Lugo a Jaén, que con 624 días de retraso medio es un campeón nacional difícil de alcanzar, mientras que Granada cedió la segunda plaza a la capital lucense tras haber logrado rebajar su tasa a 100,81 días.

En cuanto a las ciudades gallegas, Lugo se sitúa a mucha distancia del resto y la segunda urbe más morosa es Ferrol, con 45,49 días, seguida de A Coruña, con 33,13 días. Los tres ayuntamientos incumplen además el periodo medio de pago, fijado en 30 días, mientras que el resto se sitúa por debajo. Así, Santiago paga sus facturas en un plazo medio de 24,46 días; Ourense, con 15,77 días; Pontevedra, con 1,10 días, y Vigo incluso acumula un saldo negativo en esta estadística, con -15,29 días de media y 15,71 días de demora real.

La principal causa de que Lugo se sitúe en lo alto del ránking de morosidad se debe al retraso que acumula el pago de las facturas eléctricas porque, según el gobierno local, no hay personal suficiente para verificar si los importes facturados se corresponden con los consumos reales. De hecho, el ejecutivo socialista trató en el último pleno de que fuera aprobado un reconocimiento extrajudicial de crédito para abonar minutas atrasadas a Endesa -una empresa que llegó a cortar la luz por impago en varios edificios municipales como el MIHL-, pero la propuesta fue rechazada por los grupos de oposición debido a que el interventor municipal puso reparos a estos pagos.

El incumplimiento del periodo medio de pago, fijado en 30 días, provoca además otro problema al Concello, ya que no puede destinar todos los remanentes de tesorería a inversiones sino que está obligado por ley a dedicar gran parte a saldar la deuda con los bancos. Esta situación puede llegar a provocar, como así denuncian algunos grupos, que el Concello acumule millones de euros en sus cuentas y no pueda gastarlos en obras porque no es capaz de pagar a tiempo las facturas a las empresas que contrata.

CRÍTICAS DEL PP. El grupo municipal popular criticó por su parte al gobierno socialista por haber colocado a Lugo en el segundo puesto de las ciudades españolas que "peor paga" a sus proveedores y la edil Isabel Devesa incidió en que se registra "un retroceso significativo en este ránking que, desde luego, no es para presumir".

Devesa explica que estas estadísticas oficiales "ponen de manifiesto es lo que tantas veces hemos dicho desde el grupo municipal del PP", que hay "un progresivo deterioro económico en las arcas municipales". "Lo peor de todo esto -añade- es que no se trata de un problema de liquidez sino de gestión política".

Además, la popular considera que "por más que la alcaldesa haya iniciado una gira de anuncios por los diferentes barrios para compensar su fantasmagórica presencia de los primeros dos años de mandato, los problemas reales de los proveedores, entre los que hay muchos autónomos y empresas lucenses, siguen sin resolverse".

Por último, Devesa advierte de que la comparativa con los datos oficiales del Concello del año anterior "tampoco se sostiene de ningún modo", dado que explica que en diciembre de 2015 Lugo se pagaba en 29,93 días (esto es, 59,93 reales), "lo que supone que en solo un año la alcaldesa ha multiplicado por cuatro la demora con la que paga sus deudas", comenta.

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