Lugo a vista de terraza

Tras el confinamiento, una buena terraza vale sus metros en oro. Estos son algunos de los hogares lucenses que disfrutan de las mejores vistas de la ciudad, con perspectivas e historias distintas
La terraza de un ático familiar situado en la Rúa das Noreas. EP
photo_camera La terraza de un ático familiar situado en la Rúa das Noreas. XESÚS PONTE

EN LA PROVINCIA de Lugo hay más hogares con balcón o terraza privada que sin ella. El 56 por ciento de los pisos y casas de la provincia cuentan con uno de estos espacios exteriores y privados, según datos del Instituto Galego de Estatística.

Pero una terraza no es un balcón. Un balcón es una ventana abierta hasta el suelo que suele tener una barandilla. En cambio, una terraza es un espacio abierto desde el que se puede ampliar la vista. Y que por su extensión es una parte más de la casa. Lo dice la Real Academia Española.

Desde el fin del confinamiento, las terrazas se han convertido en una de las principales demandas de aquellos que hoy buscan una nueva vivienda donde residir, independientemente de que quieran comprar o alquilar.

En el mercado inmobiliario están en alza, al igual que las casas con algo de terreno fuera de los cascos urbanos o en municipios cercanos a grandes capitales. El comprador que tiene posibilidades ha empezado a valorar la independencia de una residencia individual y la libertad de poder disponer de un terreno para disfrutar de la vida al aire libre.

MÁS DEMANDA QUE OFERTA. La realidad es que hay más demanda que oferta de edificios o casas con terraza, y esto lleva a los futuros moradores a tener que conformarse. Además, la diferencia de precio no es despreciable. Contar con una terraza en un piso puede aumentar su valor en poco más de un 4 por ciento, explican expertos en el sector inmobiliario.

Lo que de verdad marca la diferencia es que sea un ático y que, por su altura, permita disfrutar de una vista privilegiada de la ciudad. "Este es el producto estrella, el que todo el mundo quiere", apuntan.

La tendencia ha dado un giro completo: los propietarios han pasado de querer realizar cerramientos en los balcones y terrazas a exigirlas como elemento fundamental de la vivienda. Antes, no se valoraba lo que aporta una terraza por el clima de la ciudad, que solo permitía su disfrute durante los breves meses estivales. Se optaba, entonces, por los cerramientos como una forma de integrar estas partes exteriores de la casa —que estaban en desuso— para aumentar el espacio de un salón o una habitación, por ejemplo.

Actualmente, los dueños o arrendatarios buscan poder hacer más vida al aire libre, sin necesidad de salir de su propia casa, un espacio que poder compartir con familia y amigos tanto para vida diaria como para reuniones especiales.

Una necesidad que se puso de manifiesto durante el encierro de casi tres meses al que llevó la pandemia, cuando los ciudadanos se dieron cuenta de que todo el mundo necesita aire y luz natural en su día a día, y que esto no se puede dar por descontado. Y que solo la puede cubrir una terraza en una zona urbana o un jardín que es prácticamente imposible encontrar en los lugares más céntricos de cualquier ciudad.

El hecho anterior provoca que los moradores quieran que las terrazas sean terrazas y no balcones. "Cuanto más grandes mejor porque esto las hace más habitables y disfrutables", asegura un agente inmobiliario que trabaja en la capital.

Aquí están las terrazas más impresionantes y con mejores vistas de la ciudad. Con historias y en lugares muy distintos. Pero lo que todos tienen en común es la admiración con la que todos hablan de su terraza porque en el fondo saben que es un privilegio contar con unos espacios así por lo difícil que resulta dar con una vivienda en el mercado que reúna todas las características: buen tamaño, buena orientación y unas vistas espectaculares.

Es un privilegio del que pueden disfrutar y disfrutan. Comiendo, cenando, quedándose embobados apreciando la vista, haciendo deporte, jardinería o simplemente respirando aire puro. Unas miran cara al río Miño mientras se esconden de las miradas indiscretas tras hermosos árboles, otras disfrutan de vistas a grandes parques o la catedral y otras cuentan como muro divisorio con las piedras de un Patrimonio de la Humanidad, como es la muralla.

El Progreso se coló en algunas de ellas para conocer, de primera mano, cómo se vive mirando Lugo desde las alturas.

Rúa das Noreas
Un piso en el centro con mucha vida familiar al aire libre
Este ático, situado en la calle donde vivió Rosalía de Castro durante su estancia en Lugo, hay una terraza de 24 metros cuadrados a la que se accede desde el salón. La orientación es sur, por lo que el calor del sol acompaña durante todo el día, pero que sus propietarios evitan con dos pérgolas que tienen colgadas. Esta zona exterior cuenta con una mesa alta para comer, y una zona de mesa y sillones bajos para tomar algo, como por ejemplo, un aperitivo.

La disfrutan todos los miembros de la familia. La terraza se convierte en una zona de esparcimiento para el pequeño de la casa. Los padres hacen vida en ella sobre todo antes de cenar, para tomar un vino o disfrutar de un buen libro. Las comidas con amigos nunca faltan y la música de las fiestas o los ruidos de la calle se convierten en un suave murmullo. De forma que, al caer la noche, se vuelve un lugar muy relajante, idóneo para acabar el día.

Terraza Rúa Ribadeo

Rúa Ribadeo
Un merendero sobre el Parque Rosalía
En este edificio de los años 50 se encuentra una terraza de 20 metros cuadrados con plantas, un merendero cubierto y vistas al Parque de Rosalía. Es una de las primeras que existieron en la zona. La disfrutan comiendo en invierno, cuando el tiempo invita, y cenando durante el verano.

Terraza salavador madariaga

Rúa Salvador Madariaga
Relejarse en las alturas
En la Praza do Seminario hay una terraza de 42 metro cuadrados con una mesa para comer, un
jacuzzi que utilizan más en verano y unas vistas panorámicas al centro de la ciudad. Sus dueños
eligieron el piso por la orientación sur que les permite disfrutar del sol todo el día.

Terraza Avenida de Magoi

Avenida de Magoi
Un lujo diseñado por su dueño
El arquitecto Pablo Ferreiro-Mazón creó está terraza de 34 metros cuadrados que está pensada para que se funda con el salón, a través del cual se accede, creando un único espacio. Se divide en una zona de estar y otra de comedor. Disfrutan de vistas al río Miño y al puente romano.

Terraza Rúa Clérigos

Rúa Clérigos
Terraza, jardín, huerto y un lugar de pájaros
Esta terraza de 105 metros cuadrados a los pies de la muralla, en el corazón de la ciudad, se
caracteriza por la diversidad de la flora que la adorna. Este jardín, huerto urbano y comedero de
aves cuenta con una mesa para disfrutar y varias zonas pasar sentarse o tumbarse.

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