Los habitantes de la capital lucense tienen garantizado el suministro de agua, pese a la sequía que se está produciendo por la interminable ola de calor. Su situación dista mucho de la crítica por la que están atravesando los 150.000 vecinos de la comarca de Ferrolterra, que debido a la contaminación llevan ya tres días sin poder consumir el agua de la traída y tienen que recurrir a la embotellada, que escasea en los supermercados.
Los depósitos municipales de Lugo están al mismo nivel que el año pasado por estas fechas, según dio a conocer el servicio de medio ambiente. No existe riesgo de escasez. Se mantiene un denominado margen de seguridad de un día y medio de consumo, que es el habitual a lo largo de todo el año.
Siempre que se detecta peligro para mantener el caudal ecológico del río, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil comunica al Concello una llamada alerta de sequía, que no ha recibido.
Asimismo, frente a la potabilizadora está ubicada una estación de la red Saica (Sistema Automático de Información de Calidad de las Aguas) que capta todas las características del río -niveles, diversos parámetros de calidad...- y no ha detectado ningún dato anormal.
Esta estación depende de la Confederación, pero también recibe el Concello de Lugo todos estos datos.
No está previsto por ahora que se adopte ninguna medida de ahorro. Los mayores problemas suelen registrarse en septiembre.
