Lugo tendrá un contenedor de basura orgánica que se utilizará con una "llave"

Forma parte del nuevo contrato de la basura y el plan es enviar esos residuos a una planta privada de tratamiento de biorresiduos

Basura amontonada junto a contenedores llenos. XESÚS PONTE
photo_camera Basura amontonada junto a contenedores llenos. XESÚS PONTE

La Unión Europea establece que, en 2020, el 50% de los residuos sólidos orgánicos deben valorizarse -diez años después el porcentaje debe ser del 65%- y, para avanzar en ese objetivo, el Concello de Lugo incluirá en el nuevo contrato de la basura la implantación de un quinto contenedor, exclusivo para la fracción orgánica. El Concello ultima en este momento el pliego de condiciones para sacar a concurso el contrato de la recogida de basura y limpieza de la ciudad, que presta la empresa Urbaser desde hace años y lleva más de uno caducado.

Actualmente, Lugo está muy lejos de cumplir esos porcentajes de reciclaje. Cada lucense produce unas 92 toneladas de basura al año y recicla aproximadamente el 28%, según Ecoembes y Ecovidrio, las entidades a las que van a parar los envases, el vidrio y el papel.

Cada lucense produce casi un kilo de basura al día y, según el dato aportado este año por la concejalía de medio ambiente, cerca de la mitad (el 42%) son residuos orgánicos. Para estos, la previsión es habilitar un contenedor único, con una implantación progresiva y distintas fórmulas de gestión.

En la zona rural, el plan es entregar un contenedor a cada vivienda y que sean los vecinos quienes se ocupen de su manejo, con la supervisión y el asesoramiento de maestros compostadores, un nuevo perfil laboral que también se incluirá en el contrato. En zonas residenciales, aproximadamente una quincena, como A Louzaneta, Nadela o Carballido, se instalarán islas de compostaje, cuyo tamaño irá en función de la población. En estas probablemente será necesario el uso de material estructurante (restos de poda, por ejemplo) para ayudar a la descomposición bioquímica de los residuos domésticos y contará igualmente con el apoyo de los maestros compostadores.

En zona urbana se colocarán contenedores en la calle de forma progresiva. "Xixón empezou con contedores para 10.000 habitantes e cinco anos despois está en 35.000", señala el concejal de medio ambiente, Daniel Piñeiro. La previsión es que, al menos al principio, estos contenedores funcionen con "llave", que sería la tarjeta ciudadana. "A idea é que os use quen realmente queira usalos e evitar que se tiren neles outras bolsas de lixo", explica Piñeiro.

Por último, para los grandes productores de residuos orgánicos (hostelería, plaza de abastos, supermercados, industrias agroalimentarias...) se prevé la instalación de compostadores y una recogida "case porta a porta". "Trátase de obter un compost de moita calidade, que incluso podería ser recollido por veciños para as súas plantas, por exemplo", apunta el edil.

Concienciar a los ciudadanos sobre la importancia de reciclar y de compostar, y sobre cómo hacerlo, supone un desafío, pero seguramente el problema mayor será dar salida a esa materia orgánica. En el periodo 2005-2009, la Xunta llegó a prever en su Plan de Xestión de Residuos Urbanos de Galicia la construcción de nueve plantas compostadoras (una en Lugo), una idea a la que el actual Ejecutivo renunció por falta de iniciativa local y privada, alegó.

La única actuación en este sentido fue la construcción de una planta en el complejo de Sogama (empresa pública participada por la Xunta y Unión Fenosa), que todavía no funciona, a la espera de que los concellos de la zona (está proyectada para dar servicio a 15.000 vecinos en un radio de 45 kilómetros) implanten la recogida selectiva. En el resto de casos, la Consellería de Medio Ambiente deja a los concellos la responsabilidad de llegar a acuerdos con plantas privadas que tengan infraestructura y autorización para tratar biorresiduos domésticos.

El plan del Concello de Lugo pasa por llevar estos residuos -los de los contenedores urbanos y de grandes productores- a alguna de las empresas de valorización de residuos que hay en la provincia, como Agroamb (Castro de Rei) y Biocompost (Cospeito), aunque para eso deben contar con la preceptiva autorización para el tratamiento de biorrediduos, que todavía no tienen. En las zona residenciales y rurales, el gobierno local cree que el compost que generen podrá ser asumido por sus huertas y espacios verdes.

La instalación y la gestión del quinto contenedor forma parte del pliego de condiciones del nuevo contrato de la basura, por lo que serán las empresas que opten a él quienes tendrán que ofertar soluciones a este aspecto.

El Concello de Lugo tuvo hace años su propio proyecto de planta de compostaje, en As Gándaras, cuya construcción y adjudicación llegó a adjudicarse a Urbaser. Sin embargo, su funcionamiento planteaba muchas dudas, fundamentalmente por el coste de explotación, por lo que quedó aparcado.

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