Lugo sumará otro banco de pelucas al que ya tiene para ayudar a enfermas de cáncer

La asociación Somos Unidos por el Cáncer prevé ponerlo en funcionamiento en el mes de octubre, con lo que se añadirá al de la AECC
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photo_camera Yeimy Mate enseña alguna de las pelucas. MARÍA G. MORADO

La asociación Somos Unidos por el Cáncer de Lugo está en proceso de crear un banco de pelucas, que estará disponible a principios de octubre.

Serán prestadas de forma altruista a las socias del colectivo y se podrán personalizar al gusto de la paciente. Para donar es necesario que la coleta mida más de 20 centímetros. "Al inicio tendrán disponibles diez pelucas, pero si la demanda aumenta no se quedarán sin ellas", asegura José Manuel Vázquez, presidente de la asociación. Asimismo, en septiembre se organizarán talleres para explicar el proceso de creación y de maquillaje en grupos reducidos de cinco pacientes para mantener las distancias.

Las pelucas de la asociación se fabricarán en la empresa Rapunzel, la Casa del Pelo de Yeimy Marte. "Para crear nuestras pelucas de pelo a pelo empleamos aproximadamente de 30 a 32 medidas de la cabeza del cliente", explica la peluquera. Cuando una persona dona el pelo, se prepara y se clasifica para crear pelucas para la asociación. Yeimy expone el proceso de conservación, que cuando se termina la quimioterapia consiste en "almacenarla en papel de periódico para evitar que coja humedad y polvo".

EXPERIENCIA. La Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en Lugo dispone desde hace tiempo de un banco de alrededor de 60 pelucas. "No hay ningún requisito a cumplir, cualquier paciente puede adquirirlas como una herramienta más", afirma Rosa Zas, psicóloga de la asociación. Por lo general, son las mujeres las que demandan las pelucas y así lo expone Rosa, que en 26 años nunca recibió el caso de un hombre.

El empleo de las pelucas se puede deber a miles de razones. "Para que no se sepa que están a tratamiento, para no preocuparse o incluso para desconectar o no", ilustra la psicóloga.

En el caso de esta asociación, Mara Balseiro, una peluquera lucense, dona de manera altruista las pelucas confeccionadas por ella misma. Rosa destacó la labor de Mara, que "higienizó treinta y tantas pelucas durante la cuarentena". El trabajo de Mara al elaborar las pelucas pasa por distintas fases. Cuando recibe la donación, lo primero que hace es realizar varias extensiones. "De largo se pierden unos tres centímetros al confeccionar la peluca", detalla Mara, que advierte que "el cabello rizo no empata bien" a la hora de buscar pelo compatible en texturas y color.

Con las donaciones se hace la capa superior y las extensiones se unen en el casquillo (gorro de tela), que se adapta y presenta diferentes tallas.

El tiempo de realización de las pelucas para la asociación "no baja de 20 horas" y Mara confirma que es laborioso. La peluquera hace ya tres años que colabora con la AECC. Durante el ciclo superior que estudió tuvo la materia de peluquería oncológica. A partir de ahí, se ofreció a trabajar con la asociación, haciendo, en primer lugar, prótesis parciales y ya luego pelucas.

Mara no ve cómo las pacientes escogen sus pelucas, pero sí ha tenido contacto con mujeres que quisieron hacer algo con su propio pelo al principio del tratamiento de quimioterapia.

La pérdida del cabello es una de las consecuencias de la quimioterapia más duras. Así, las asociaciones mencionadas y las personas que donan contribuyen al bienestar emocional de muchas mujeres.

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