El Lugo republicano ya soñaba con una playa a orillas del Miño

Fermín Rivera y otros amigos quizás no pensasen aquel 29 de septiembre de 1935, en plena República, que lo que acababan de crear como Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) se mantendría durante, al menos, 83 años, y pasaría a ser una de las entidades locales con más proyección social de la ciudad. La idea de aquella gente de entonces era la misma que todavía hay ahora entre los lucenses: que Lugo tuviese una playa fluvial.

La cita fue un domingo, a las doce del mediodía, en el teatro —así se le llamaba entonces— Círculo de las Artes. Al encuentro asistió "bastante público" —dice la crónica de El Progreso— y, en el mismo, se aprobó el reglamento que regirá en la entidad y las distintas comisiones que se formarán. La reunión fue rápida: solo media hora. La crónica añadía que la asamblea se celebró "con entusiasmo, aplausos frenéticos y muchas ganas de trabajar en pro de las cosas de Lugo".

En 1951, la entidad construyó la primera pista de tenis en Lugo, que era cancha de baloncesto y balonmano también

La directiva del CIT quedaría presidida por José Lomas. El resto de los componentes serían: José Álvarez, vicepresidente; José López Lemus, secretario; Fermín Rivera, vicesecretario; Luis Regueira Balsa, contador; Dositeo Méndez, tesorero, y Tomás Iglesias y Juan Fernández, vocales.

COMISIONES. Se formaron siete comisiones: la de playa (con Juan Morros, José López Campos, Jesús Vila Real, Darío Bouzas, Luis Ordás, Rafael Balea y Antonio Arias), parques (Isidro Tejero, Daniel Bouzas, Inocencio Fraga, Germán Araújo y Constantino Díaz), excursiones (Alejo Madarro, Manuel Rivera, Ángel Pardo, Eduardo Arias y Gerardo Castro), turismo (José Trapero, Francisco Lamas, José Pimentel, Valentín Roldán y Liborio García), propaganda (Manuel Iglesias, Antonio Acuña, Carlos Méndez, José Gayoso Veiga y Arcadio Romero), fiestas (Arturo Artalejo, Antonio García Gesto, Salustiano Carro, Francisco Jáñez, José y Ponciano Parga y Emilio Azcárraga) y mejoras locales (entre otros, Purificación de Cora, Andrés Tato y Gabriel García Armero)

El CIT se asentó a orillas del Miño, entre la Fábrica de la Luz y el puente. Para llevar a cabo su proyecto, la entidad alquiló un viejo molino abandonado. Pasaría a llamarse exclusivamente Club Fluvial el 25 de abril de 1957. A lo largo de esos veintidós años, la entidad acumuló cada vez más socios estrechando así el vínculo con los lucenses.

DEPORTE. Tener una playa fluvial fue el objetivo, desde el principio, de aquellos socios fundadores en 1935. Pero, a lo largo de los años, el Club Fluvial fue destacando también en el mundo deportivo a través de los equipos de natación y piragüismo, convirtiéndose, con el paso del tiempo, en el club gallego más antiguo y uno de los tres más veteranos de España.

Los bailes a orillas del Miño hicieron de esta entidad un club social, además de deportivo, estrechando el vínculo con los lucenses

Las actas históricas de la entidad también reflejan la organización de una regata en 1954 y las 6.000 pesetas que en 1957 pagó la entidad por dos piraguas para la promoción de este deporte. 

El interés por el deporte en la entidad surgió ya desde el principio. En 1940, se celebraron varios partidos de waterpolo y en 1951, se aprueba la construcción de la primera pista de tenis que tuvo Lugo, que también servía de cancha de baloncesto y balonmano.

A su vez, los bailes a orilla del río y otras actividades en Carnaval y navidades, cuando también se hacía una colecta de juguetes, permitieron dar un ámbito social a la entidad hasta el punto de que el Concello le concedió en 1966 la Medalla de Plata.