La única gran cloaca romana de Galicia se podrá ver en O Carme

Tiene 1,60 de alto, se musealizará con el plan Muramiñae y se llegará hasta ella por escaleras y ascensor, pero no a su interior
La alcaldesa, la edil Paula Alvarellos y el arqueólogo Enrique González, en O Carme. EP
photo_camera Lara Méndez, en su despacho. SEBAS SENANDE

El interés arqueológico de Lugo subirá un peldaño el próximo año, cuando por primera vez podrá verse un trozo de la principal cloaca romana de Lugo, la que partía del foro (actual Rúa da Raíña) y salía por la Porta Miñá hasta O Carme, que además es una de las de mayor entidad del noroeste peninsular.

Este tipo de canalizaciones de evacuación de aguas sucias están vinculadas a los grandes centros urbanos, como era Lucus Augusti, capital del convento jurídico lucense y la mayor ciudad romana del extremo noroccidental. Se pueden ver cloacas en la vecina Astorga, e incluso caminar por dentro de ellas, pero en lo que hoy es Galicia será la primera vez que se dejará a la vista una estructura de este tipo. De hecho, en territorio gallego solo hay documentadas cloacas en Lugo y en Forum Gigurrorum, un asentamiento romano de mucha menor entidad, aunque de gran interés comercial, que había cerca de A Rúa, en la vía romana XVIII, que unía Braga y Astorga, según recordó ayer el arqueológo del Concello de Lugo, Enrique González.

La ourensana es una cloaca mucho más pequeña, pero idéntica a la lucense, que a su vez sigue el modelo de la Cloaca Máxima de Roma, abovedada y de mampostería. Si esta tiene varios metros de alto y de ancho, la de Lugo mide en O Carme aproximadamente 1,60 metros de alto y unos 60 centímetros de ancho. Fue hallada en 1994, durante la reforma del matadero municipal en el museo Porta Miñá y en la zona fue vista también en otras catas hechas años después. Se sospechaba que transcurría por O Carme porque estas canalizaciones iban por debajo de las calzadas y el decumanus maximus, la principal calle de Lucus Augusti, salía de la ciudad por esta zona.

Cloaca romana.EP

 

No obstante, esta cloaca está documentada también en otros puntos de la ciudad, como la Rúa da Raíña, la Porta Miñá y varios solares del centro. Es una de las dos que se han localizado hasta el momento. La otra se vio en solares y en los soportales de la Praza Maior, en Santa María y en el claustro de la catedral. Sale del centro urbano por la Porta de Santiago y se sospecha que confluía con la del decumanus maximus en O Carme. Se cree que evacuaban las aguas sucias en la zona del Regueiro dos Hortos o puede que incluso más abajo, en el Miño.

La cloaca que ahora se consolidará y se enseñará está bajo tierra detrás de la sala Porta Miñá. Son unos ocho metros de largo, con dos rotos, y está llena de sedimento en casi todo su interior. La excavación de este material y su análisis podrá dar lugar a nuevo conocimiento sobre la ciudad romana y el vaciado del canal permitirá ver cómo era este. En 1994, la cloaca ya fue exhumada, por lo que se podrá apreciar en toda su forma. Se podrá descender hasta el espacio que la alberga por escaleras y en ascensor, según detalló la alcaldesa ayer durante el anuncio de licitación de los trabajos de puesta en valor de este yacimiento, que superarán los 436.000 euros y durarán un máximo de ocho meses una vez comiencen.

La musealización de este hallazgo entra dentro del plan europeo Lugo Muramiñae y es, recalcó Méndez, otro ejemplo de implicación del Concello en una competencia propia de la Xunta, como es la conservación de restos arqueológicos. Confió en que sirva de "acicate" para que el Gobierno gallego se implique y cumpla con el museo de la romanización, un proyecto del que desistió, o al menos lo cofinancie. El gobierno local no renuncia a él y está buscando diversas vías para materializarlo.

El valor de la musealización que se llevará a cabo en O Carme es grande porque las cloacas de Lucus Augusti tienen una singularidad. Se construyeron a partir de mediados del siglo IV, tras la construcción de la muralla y cuando supuestamente la ciudad estaba ya en decadencia, aunque esta era relativa, apuntó González, porque una obra urbanística de semejante envergadura denota capacidad económica. De esta da cuenta también la propia construcción de la muralla o el hecho de que Lugo era aún en esa época una potencia en producción cerámica.

Hasta la construcción de las cloacas, el sistema de evacuación de aguas sucias de Lucus Augusti era superficial, por canales a la vista que iban al lado de las calzadas, por las zonas porticadas de los edificios. La construcción de las canalizaciones subterráneas se enmarca en el proceso de transformación urbanística que supuso el levantamiento de la muralla.

Algunos datos ya conocidos de la cloaca que ahora se podrá ver es que cada cierta distancia tenía respiraderos y una especie de arquetas para acceder a ella, como se documentó en la Rúa da Raíña. Debido a la gran pendiente del terreno, la cloaca no bajaba recta y tenía hasta saltos hidráulicos, apuntó González.

Engobe rojo, la cerámica de Lugo
Las catas realizadas en distintas épocas en O Carme también permitieron documentar la existencia en esta zona de actividad alfarera. El arqueólogo municipal, Enrique González, recordaba ayer que Lucus Augusti fue una potencia en cerámica, con producción y comercialización continuada durante cinco siglos y una marca propia, el engobe rojo.

Comercialización
Hubo alfarería en diferentes zonas de la ciudad, según las épocas, desde As Estantigas a A Tinería. El engobe rojo de Lugo se encontró más allá del Duero.

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