Lugo rebusca un contrato entre la basura

La ciudad, que gastó el año pasado 6,8 millones por la limpieza y pasará a pagar 13, afronta el desafío de renovar el servicio entre pugnas de las empresas y el deterioro del material
LIMPEZA RÚAS. CORONAVIRUS. LUGO.
photo_camera Trabajadores de la recogida de basura en Lugo. SEBAS SENANDE

Lugo gastó el año pasado 6,8 millones de euros en el servicio de limpieza. Es un buen pellizco del presupuesto municipal, pero es prácticamente la mitad de lo que la ciudad pagará cuando se renueve el contrato.

El Concello prevé abonar una media de 13 millones al año por el aseo urbano y la retirada de residuos, un negocio que hace que la adjudicación del contrato sea disputadísima entre las principales empresas del sector en España. Y mientras el Concello se enfrenta al reto de firmar un nuevo contrato, resolviendo los recursos que sucesivamente van interponiendo las empresas que aspiran a hacerse con el negocio, los lucenses van sorteando un progresivo deterioro del servicio que, pese a su elevado coste, se arrastra ya desde hace años.

La actual concesión lleva ya más de cuatro años caducada y al final del contrato se llegó además con un desgaste importante tras una huelga que se prolongó de junio a agosto de 2014 (fueron 59 días de paro). No obstante, tras el conflicto, en 2016, la ciudad aún logró una escoba de plata por la calidad de su servicio de limpieza.

Ahora, mientras se espera porque el gobierno logre sacar adelante el nuevo contrato, en el aseo urbano se pagan sobre todo las consecuencias de esos cuatro años de un servicio prorrogado, periodo en el que no se han hecho ya inversiones en la renovación de material o maquinaria. Eso explica que buena parte de los contenedores estén rotos y muchos de ellos sin tapa.

Muchos contenedores están rotos, pero el pliego para el contrato ni siquiera contempla reutilizar o vender los viejos camiones

A las puertas de que llegue el calor, la situación inquieta a muchos vecinos, pero lo cierto es que aún tendrán que pasar meses, como poco, para que pueda empezar la renovación de equipos y la mejora de los servicios.

El desgaste de todo el equipamiento de la limpieza urbana es tal que el concurso convocado por el Concello ni siquiera contempla que se pueda aprovechar parte de la maquinaria ni siquiera para la reventa. Es una prueba de que también camiones o barredoras, por ejemplo, se han ido quedando tan viejos como los contenedores, aunque el impacto de ese deterioro no sea tan evidente en la calle.

Para el Concello, ahora, el desafío en sacar adelante el nuevo contrato, que supondrá mucho más dinero pero debe conllevar también la renovación de todo el material y de la maquinaria.

La previsión es que haya también un aumento de personal, ya que se contempla pasar de los 120 trabajadores actuales a 150. Se contempla además penalizar a la empresa si no cumple adecuadamente con el contrato.

El trabajo que marca la imagen de la ciudad
Uno de los muchos contenedores rotos y sin tapa que hay en Lugo, trabajadores en la recogida nocturna o barriendo la calle forman las estampas cotidianas de un servicio clave en la imagen de la ciudad y que se ha ido deteriorando tras el fin del contrato en 2017. La última gran compra de maquinaria fue en 2013 —se presentaron los equipos en marzo— y en el 2014 hubo una huelga que condicionó la apreciación ciudadana