Lugo reactiva su devoción

Las procesiones del Domingo de Ramos pudieron esquivar el mal tiempo y prepararon a la provincia para la Semana de Pasión

Procesión en Meira.EP
photo_camera Procesión en Meira.EP

LUGO. Fieles y cofrades amanecieron mirando al cielo, temerosos de que el agua de los hisopos no fueran la única que cayera sobre sus ramos y sus capirotes, pero en la mayor parte de los casos los chaparrones dieron tregua y la provincia pudo disfrutar de un Domingo de Ramos que la metió de lleno en la Semana Santa. Y eso que en Sarria se llegó a suspender la procesión de la Borriquita y que en la de Lugo los pequeños cofrades acabaron empapados por unos pocos minutos.

Antes de que eso sucediera, durante la bendición de los ramos, la lluvia había sido fina e intermitente, lo que sin duda restó algo de afluencia a la Praza de Santa María, menos abarrotada que otros años pero de todos los modos muy poblada. Después de que el obispo de Lugo, Alfonso Carrasco, bendijera las palmas y las ramas de laurel de los fieles, la mayoría de los presentes acompañó a los jóvenes soldados romanos y a los pequeños hebreos de la cofradía de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén en la procesión de la Borriquita, que pese a discurrir con bastante buen paso no pudo esquivar el chaparrón que cayó justo cuando estaban a punto de acabar su recorrido.

A Mariña fue una de las comarcas que contó con un mayor número de actos religiosos, aunque Viveiro sigue marcando el paso

La Borriquita fue también una de las procesiones más concurridas en Viveiro, la localidad lucense que cuenta con la Semana Santa más reconocida, aunque la devoción que levantan los actos del Domingo de Ramos se pudo palpar por toda A Mariña.

Así, también en Burela se congregaron numerosos fieles para la bendición de los ramos, que se llevó a cabo delante de la iglesia parroquial después de la procesión que arrancó de la Praza da Mariña. Otros lugares de la comarca donde se reunieron fieles entorno a la tradición del Domingo de Ramos fueron Mondoñedo, Ribadeo o en Foz. No obstante, la Borriquita no fue la única procesión que pudo seguirse ayer en la comarca mariñana, donde también se celebraron las del Ecce Homo en Viveiro y en Mondoñedo.

OTROS LUGARES. Muy peculiar fue también el desfile de fieles en Meira. Coordinados por la cofradía Nosa Señora do Pedregal, su procesión contó con el añadido de que la borriquita era de carne hueso, para disfrute sobre todo de los más pequeños.

En Sarria, sin embargo, el mal tiempo aconsejó suspender la procesión, aunque se mantuvo la bendición de ramos en el convento de La Merced, en la que participaron un gran número de vecinos. También se celebró en el templo la tradicional colecta en beneficio del centro de asistencia a drogodependencias Bordón Sarriao.

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