Los servicios sanitarios lucenses calculan que a mitad de la próxima semana se entre en la zona valle y que en los días finales ya se pueda empezar a hablar de descenso de los casos activos. Esa es, al menos, la opinión de Rafael Monte, director asistencial del área sanitaria de Lugo, A Mariña y Monforte de Lemos, que sin embargo sigue mostrando su profunda preocupación por la situación en la provincia.
Este viernes había 31 casos activos más que el jueves, pese a que se habían certificado 112 altas, lo que indica que el ritmo de propagación del virus se sigue expandiendo a gran velocidad, especialmente entre los lucenses más jóvenes.
Monte explica esta tendencia con unos datos contundentes: de todos los citados a los cribados en los últimos días, en el conjunto de la provincia se presentaron menos del 40%, un porcentaje que en la capital cayó hasta el 33%. "Pese a ello", lamenta, "los índices de positivos entre los que fueron al cribado superan el 2%, que es una cifra altísima comparada con otras fases de la pandemia y teniendo en cuenta que son personas asintomáticas seleccionadas al azar. Por ejemplo, en Lugo hubo 22 positivos en 992 pruebas; es mucho".
Hay que tener en cuenta además, según insiste el doctor Monte, en que la mayoría de estos positivos son personas jóvenes cuyos contactos son mucho más difíciles de rastrear. De hecho, los jóvenes son también mayoría entre los nuevos ingresos hospitalarios
Respecto a los ingresados en planta, siguen formando dos perfiles "claramente diferenciados", jóvenes sin vacunar que sufren la característica "neumonía bilateral" y "personas mayores que, aunque se hayan vacunado, están rodeadas de covid, se han acabado por infectar y han visto cómo se descompensaban otras dolencias que ya tenían. Les pasa lo mismo que pasaba con muchas personas mayores cuando cogían una gripe, que si tenían un problema renal o pulmonar o de otro tipo, se les descontrolaba".
