Como todos los días, aunque en esta ocasión de una manera más consciente y especial, muchos lucenses convirtieron la muralla en el centro de sus vidas, una comunión entre muro y ciudad que pesó a la hora de decidir la catalogación como Patrimonio de la Humanidad.
Así, varias decenas de lucenses tomaron parte en los paseos organizados por la delegación de la Xunta en Lugo y dirigidos por el guía turístico Guido Álvarez, en los que este explicó detalles poco conocidos del monumento, incluso para algunos lucenses.
El último grupo, además, pudo disfrutar una vez caída la noche de la iluminación ornamental que el departamento que dirige Javier Arias encargó para el aniversario, con la proyección de motivos conmemorativos en las puertas de San Fernando y Bispo Aguirre.
Tampoco escatimó en celebraciones la concejalía de cultura y turismo del Concello, que apostó por la música y la poesía como mejor manera de rendir respeto al emblemático símbolo de Lugo.
Así, las composiciones de Beethoven, Mozart y otros emblemas de la música clásica sonaron en la Praza Pío XII de la mano del coro y la orquesta de clarinetes del Conservatorio Xoán Montes.
Luego, los asistentes pudieron disfrutar de un paseo poético-musical, en cuya organización tomó parte la revista Xistral. Yuri, Rulos, Cántigas e Frores o A Volta do Agro pusieron la música para acompañar las voces de José Estévez López, Manuel Celso Matalobos, Paco nieto o Paco Martín recitando poemas sobre la muralla.
