Lugo estrena autobuses que no arrancan si el conductor ha consumido alcohol

Monbus renovó los dos vehículos más antiguos, pero siguen pendientes las nuevas rutas para mejorar frecuencias y recorridos
Los nuevos buses del servicio de transporte urbano de Lugo, que pasan a estar pintados de rojo. SEBAS SENANDE
photo_camera Los nuevos buses del servicio de transporte urbano de Lugo, que pasan a estar pintados de rojo. SEBAS SENANDE

Dos nuevos autobuses urbanos comienzan a funcionar este jueves en la ciudad de Lugo, en las rutas Campus-A Piringalla y As Gándaras-Cementerio, con varias novedades tecnológicas, entre ellas un etilómetro incorporado, de manera que los vehículos solo encienden una vez que el conductor sopla y da un nivel de alcoholemia inferior a 0,15 miligramos por litro de aire espirado.

Estos dos buses sustituyen a los dos más antiguos que había en la flota de la empresa Monbus, que está formada por 25 vehículos y, por obligación contractual, no deben superar una media de edad de diez años, que estaba a punto de cumplirse. Con los dos buses nuevos, la media supera ligeramente los siete años, según explicó el primer teniente de alcalde y responsable del área de movilidad de la capital, Rubén Arroxo.

Los vehículos son Mercedes Benz Citaro K y tienen un menor consumo de combustible que los modelos anteriores, por lo que emiten menos sustancias contaminantes. Según informó el gobierno local, estos buses incorporan el arco de seguridad frontal más avanzado del mercado, cumplen con una normativa antivolcado que no es obligatoria para este tipo de vehículos, tienen suelo antideslizante y un renovado sistema Kneeling que permite bajar la altura del bus para facilitar la subida y bajada de los usuarios. También llevan una doble rampa, para facilitar el acceso de personas con movilidad reducida; dos plazas para sillas de ruedas o carritos de bebé; conexión wifi y varios puertos USB para la carga de dispositivos electrónicos.

Los dos nuevos modelos tienen un total de 79 plazas, divididas en 23 asientos y 24 personas de pie, además de los dos espacios para sillas de ruedas, y llevan el color y la imagen corporativa del Concello. Esta es también una obligación contractual, aunque hasta ahora Monbus, que gestionó el servicio durante 50 años y en 2016 volvió a ganarlo por otros 15, nunca cumplió con ella.

Rubén Arroxo, al volante. EP

De momento, esta es la única novedad relativa al funcionamiento del servicio de bus, ya que sigue pendiente el rediseño de las rutas y las frecuencias. Arroxo recordó que Monbus ya inició los trabajos para incorporar a su flota de vehículos el SAE (sistema de ayuda a la explotación), una especie de GPS que permitirá controlar la situación de los buses en tiempo real y dar información sobre la hora estimada de llegada en las pantallas a través de varios mecanismos, desde una app hasta las pantallas que hay en algunas paradas de autobús y que llevan años apagadas.

Cuando en 2016 Monbus renovó el contrato se comprometió a presentar las nuevas rutas en el plazo de un año, pero la propuesta no convenció ni al gobierno ni a la oposición. Se le plantearon cambios para reducir las frecuencias de algunas rutas, como las del polígono de As Gándaras, y para dar más servicio a zonas como As Fontiñas y la parte sur de la ciudad.

El alcolock es una herramienta de seguridad al alza que genera controversia
Existe unanimidad a nivel político, empresarial y social sobre la necesidad de incorporar medidas que conduzcan a una mejora de la seguridad en el transporte en general y en el público y colectivo en particular, por eso el llamado alcolock o etilómetro es una herramienta que está empezando a extenderse en los autobuses tanto urbanos como interurbanos. 

Sin embargo, este avance en la seguridad también genera controversia entre algunos profesionales del transporte y ciudadanos que consideran que se trata de un ataque a la libertad de los trabajadores, a quienes se les presupone responsabilidad en el ejercicio de su profesión, alegan. 

El personal de Transportes Unidos de Asturias llegó a hacer una huelga en 2018 contra la implantación del etilómetro y varios vehículos sufrieron sabotajes. En Lugo nunca trascendieron problemas relacionados con la alcoholemia entre los conductores del transporte urbano. 

Tendencia
Ya en 2008, el Congreso de los Diputados aprobó una proposición del PSOE para que se estudiara con el sector del transporte escolar la implantación de un sistema electrónico que bloquee el encendido del motor si el conductor ha bebido alcohol por encima de la tasa permitida. 

Es una medida que ya se ha llevado a cabo en otros países —Estados Unidos, Canadá, Australia, Suecia, Finlandia, Gran Bretaña y Alemania, por ejemplo— y que en Francia, por ejemplo, es obligatoria desde el curso 2009-2010. 

El etilómetro es una herramienta que también defiende la Confederación Española de Transporte en Autobús (Confebús) y la Unión Europea ha establecido como obligatoria a partir de 2022 para todos los coches nuevos. Esta herramienta también empieza a contemplarse para vehículos de mercancías.