Lugo, un destino para la convivencia

Jóvenes de todo el mundo participan en unas jornadas de resolución de conflictos que organiza la asociación CISV
Participantes en las jornadas de resolución de conflictos en Lugo. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Participantes en las jornadas de resolución de conflictos en Lugo. VICTORIA RODRÍGUEZ

Más de noventa niños y adolescentes de todo el mundo, 38 de ellos gallegos, visitaron este martes Lugo, llevaron a cabo actividades relacionadas con la resolución de conflictos y se alojaron en el albergue Lug II. Todas estas actividades se enmarcan en un programa de intercambio que organiza la asociación CISV y que se lleva a cabo cada año por estas fechas.

En la primera parte del programa, los niños gallegos pasaron dos semanas con familias de acogida en alguno de los países participantes, como Estados Unidos, Dinamarca o Francia. Posteriormente, todos los niños, los gallegos y los que los acogieron, viajaron a Galicia y pasaron tres días todos juntos.

Durante este tiempo visitaron diversos lugares, como la ciudad de Lugo. Este miércoles pasan su último día todos juntos en el parque acuático de Cerceda y después los niños extranjeros pasarán otras dos semanas con sus familias gallegas de acogida.

CISV es una asociación internacional que organiza encuentros e intercambios entre niños y jóvenes de todo el mundo. Su principal propósito es trabajar por la paz, la cooperación y el entendimiento intercultural. Cada año, las actividades giran en torno a un pilar diferente y, en esta ocasión, lo hacían en torno a la resolución de conflictos, es decir, los monitores presentaban a los participantes distintas situaciones de conflicto y los chavales debían resolverlas mediante discusión y diálogo.

UN BARCO QUE SE HUNDE. Darío Pérez, uno de los monitores a cargo de estas actividades, destaca un juego de rol en el que los niños debían imaginarse que estaban en un barco que se estaba hundiendo y que cada uno tenía un papel: uno era médico, otro abogado, otro científico, etc. Poco a poco y de forma democrática debían ir decidiendo a quién expulsaban del barco y a quién no.

Todas las actividades se llevan a cabo en inglés, pero "cuando es necesaria una traducción se recurre a los monitores de cada país", explica Darío Pérez.

Esta organización lleva celebrando este tipo de intercambios desde 1961, siguiendo la estela de la psicóloga Doris Allen, que fue la impulsora de esta organización. Allen creía que este tipo de experiencias ayuda a los niños a conocer culturas diferentes a las suyas, a hacer amigos y a aprender, y que esto podía ayudar a la larga a constuir un mundo mejor.

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