Residir en un edificio no implica solo hacerlo en una de las plantas del bloque contempladas, ya de origen, como vivienda. Se puede tener un techo también en un entresuelo y, probablemente, hacia mediados de este año se podrá también residir en un bajo comercial rehabilitado como vivienda o loft, una vez que se apruebe el decreto, anunciado en los pasados días por la Xunta, que permitirá este nuevo uso de los bajos con un doble fin: evitar la proliferación de locales comerciales vacíos y aumentar el deficitario mercado de alquiler de vivienda.
Actualmente, más de medio millar de lucenses —en concreto, 550— residen en un entresuelo acondicionado como vivienda. Según el padrón municipal, hay en Lugo 257 entreplantas habilitadas para tal fin. En la mayoría de los casos, se trata de personas que viven solas o en pareja. De esta forma, casi la mitad de estos entresuelos —99— están ocupados solo por una persona, mientras que 78 viviendas en entresuelos están ocupadas por parejas.
Por contra, hay 16 entresuelos habilitados como viviendas en los que residen familias numerosas de los que 12 son ocupados por 5 personas y 4, por 6. Además, se suman 45 entresuelos más con 3 moradores y 19, con 4 en total.
El Plan Xeral de Ordenación Municipal regula que solo en los entresuelos de edificios construidos antes de 2012, fecha de entrada en vigor de esta normativa, estará permitida "la implantación de nuevas actividades o los cambios de actividad existente siempre que cumplan con la normativa específica que sea de aplicación".
Generalmente, los entresuelos están contemplados con un uso de oficinas o locales comerciales. Para adaptarlos a viviendas, hay que solicitar un cambio de uso en el Concello. Para ello, es imprescindible presentar un proyecto redactado por un arquitecto.
Si el uso inicial de ese entresuelo no es residencial, no se puede utilizar como vivienda y esto puede ser objeto de sanción. Para averiguar el uso autorizado, hay que pedir una cédula urbanística del inmueble en el Ayuntamiento. En caso de que pueda ser reconvertido a vivienda, se necesitará también una licencia de primera ocupación, que acreditará que cumple con todos los requisitos para hacerlo apto para dicho uso.
Bajos
El nuevo decreto de la Xunta permitirá hacer viviendas en bajos al modificar la actual normativa de habitabilidad en Galicia de forma que se eliminarán algunos requisitos necesarios marcados hasta ahora por esta ley.
El anuncio suscitó un gran interés entre la población lucense. De hecho, el servicio municipal de Urbanismo atendió numerosas consultas en los últimos días de propietarios de bajos que pretenden adaptarlos a viviendas.
Este cambio de uso será posible siempre y cuando las instalaciones cumplan las condiciones mínimas de habitabilidad, especialmente en lo que se refiere a la altura de los techos y la entrada de luz, que podrán ser matizadas por los ayuntamientos a través de un anexo de habitabilidad y sin tener que modificar el PXOM.
Algunos de los nuevos requisitos de la Xunta para convertir bajos en viviendas serán que tengan más de 25 metros cuadrados útiles, una altura libre de 2,5 metros, más de 3 metros de fachada, cocina independiente con salida de humos y baños y aseos.
Con esta nueva legislación, se evitará el problema de aquellos bajos en los que no es posible subir la altura de las ventanas. En esos casos, se podrá garantizar la intimidad de sus moradores a través de la instalación de otros elementos que eviten ver el interior.
También se flexibilizarán los requisitos de una vivienda para ser considerada exterior. El decreto permitirá que bajos que ganaron una salida a fuera tras el derribo del edificio de al lado puedan reconvertirse en viviendas. Además, se considerará espacio exterior un gran patio de manzana.
El decreto también rebajará la superficie mínima de las habitaciones y permitirá cambiar la disposición de elementos en baños y aseos. Se eliminarán, además, requisitos como las características de patios, tendales o lavaderos.
El cambio de un local comercial a una vivienda se tramitará mediante una licencia de cambio de uso y un proyecto técnico en el que se justificará que la nueva vivienda cumple la normativa de habitabilidad de la Xunta y las normas específicas del Concello.
Según el portal inmobiliario Idealista, el coste de adaptar un local de 80 metros cuadrados a una vivienda de dos dormitorios ronda los 50.000 euros, de los que 40.000 corresponden a la obra y el resto, al proyecto del cambio de uso, dirección de obra, visado del Colegio de Arquitectos, licencia municipal e impuesto de construcciones y obras.
Los bajos vacíos crecerán un 12%
La Federación Galega de Empresas Inmobiliarias, Fegein, calcula que, en el primer semestre de este año, el fenómeno de los bajos vacíos crecerá de un 12 a un 15 por ciento en Galicia. Continúa así la tendencia del año pasado, cuando las inmobiliarias gallegas cerraron el balance del ejercicio con un incremento del 20 por ciento de los bajos comerciales vacíos.
Este fenómeno se dio, sobre todo, en aquellas localidades de menos de 3.000 habitantes donde desaparecieron las sucursales bancarias, lo que trajo consigo también el cierre de otros negocios.
A esto se sumaron otros factores como las modificaciones de ahorro energético (inasumibles económicamente para muchos pequeños negocios) y el incremento de la luz y los costes energéticos.
Hasta 350 locales vacíos en alquiler había, el año pasado, en Lugo, según un estudio de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias. Esos bajos pueden ser susceptibles de convertirse en viviendas si sus propietarios deciden no darle ahora un uso comercial.
El nuevo decreto permitirá reconvertir estos locales en viviendas sin que, por ello, puedan tener un uso comercial en el futuro cuando el propietario lo estime oportuno.
La adaptación de los bajos comerciales a viviendas supondrá la dinamización de muchas calles donde abundan los locales vacíos. Esta situación se está haciendo muy patente en el centro de Lugo, especialmente en la Rúa do Teatro, San Pedro, la Rúa Nova, San Marcos o la calle Montevideo.
"Con 72 anos ninguén me pode prohibir de estar no que é meu"

Pilar Vázquez Carroceda dejó la mitad de su vida en un entresuelo de la Ronda das Fontiñas donde se unen tres locales que podrían ser oficinas pero que esta mujer acondicionó hace 30 años como una academia de danza. Ahora, ya jubilada y separada, el entresuelo acumula sus objetos personales y centenares de recuerdos de su vida pasando a ser un refugio donde pasa las horas dedicada a sus otras grandes aficiones: la costura y la artesanía.
Este espacio es, además, su domicilio legal porque fue empadronada ahí por el Concello hace un año. Sin embargo, ya no reside en el entresuelo. Desde hace un tiempo, afirma que comenzó a sufrir amenazas de muerte por parte de un vecino, que denunció a la Policía y por lo que llegó a solicitar incluso una orden de alejamiento.
"Díxome varias veces: "Ou te vas de aí ou te mato" e teño medo. Denunciei o caso e pedín unha orde de afastamento. Este entrechán é meu e só falta que, con 72 anos, me teña que botar un veciño da miña propiedade. De aquí ninguén me vai botar. Que me maten! Pero este sitio é a miña vida", expone.
ACOGIDA. Pilar Vázquez Carroceda afirma que, ahora mismo, no vive en el entresuelo, debido a todos estos problemas. Todas las noches va a dormir a casa de una amiga, que la acogió en su piso.
Sin embargo, en este entresuelo, en el que ella pasó muchos años de su vida y que considera su casa, tiene una cama, una nevera, un microondas y una cocina portátil con dos hornillos, con la que se arregla si tiene que preparar algo de comida. La estancia, muy luminosa y con amplios ventanales, cuenta también con un pequeño aseo con ducha.
"Agora non vivo aquí, pero podería facelo porque estou empadroada neste enderezo polo Concello.Teño toda a miña mercaduría neste entrechán para estar desfrutando do que me apeteza facer, como calquera persoa á que lle guste a artesanía e, mentras teña gañas, quero vivir como me gusta. Ninguén me pode prohibir de estar na miña propiedade! Eu non vou molestar a ningún veciño á súa casa. Este é o meu obradoiro e penso que unha persoa xubilada pode ter onde pasar as horas en positivo e sanamente", recalca.
Esta mujer denunció también un intento de robo, hace un año, en su entresuelo. "Déronlle un couce á porta e abriu a madeira do marco. Denunciei o feito e veu a Policía científica, que me recomendou baixar o ferrollo e poñer outra pechadura que pecho por dentro", afirma.
En la última década, Pilar Vázquez mantuvo varios conflictos con vecinos del mismo edificio por daños en una puerta de acceso a un patio de luces y a su propiedad y también por problemas de humedad no resueltos.