"Es genial porque me gusta mucho cuidar de las personas mayores". Carla Pereira es una lucense con síndrome de Down que trabajará hasta finales de este año en la residencia de As Gándaras.
Esta joven de 28 años de edad, es una de los once usuarios de Down Lugo que está realizando prácticas en empresas e instituciones públicas de la provincia, sobre todo ayuntamientos, con el fin de conseguir su inclusión en el mercado laboral. Eso es posible gracias a los convenios suscritos por esta asociación con la Fundación Once y la Consellería de Política Social.

Carla Pereira cuenta que, entre otras labores, plancha, hace las camas y pone las mesas en la residencia para personas mayores de As Gándaras. Ya realizó antes prácticas en otro geriátrico, el de A Milagrosa, y en el comedor del colegio Rosalía de Castro.
Todos los días se desplaza a la residencia en bus urbano. Esa autonomía contribuye, por una parte, a su "bienestar personal" y, por otra parte, les hace ver a las empresas que si se vale por su cuenta está capacitada para desempeñar las tareas que le encarguen, según explica la responsable del área de formación y empleo de Down Lugo, Sarai Lodeiro.

En la residencia de As Gándaras también realiza prácticas Javier Fernández, un joven de 33 años con discapacidad intelectual. Ayuda en el comedor, pero también introduce en el ordenador datos de los libros depositados en la biblioteca porque los están catalogando. Dice que los trabajos informáticos son los que más le atraen. Añade que antes ejerció como ordenanza en una oficina del BBVA y en la Biblioteca Intercentros de la USC en el campus de Lugo.
Claudia Barral es otra persona con síndrome de Down que realiza prácticas como auxiliar administrativo en la consultora EqualTecnia en la capital lucense. Esta caraqueña de 40 años, que vive desde hace cuatro en Lugo porque su padre es un emigrante retornado, asegura que lo que más le gusta es "relacionarme con los compañeros de trabajo".
En su país natal, Venezuela, trabajó como cajera en dos bancos y ha sido una laureada nadadora, con medallas en los Special Olimpics de Grecia y Panamá. Algunos de sus logros los ha colgado en la web de la empresa en la que realiza ahora prácticas, así como "una reflexión" sobre su experiencia personal. Desde su llegada a la capital lucense también ejerció como auxiliar administrativo en la empresa de seguridad y salud laboral Ibersys.
Edu Vázquez afronta los últimos días de sus prácticas, como le sucede a Claudia Barral, de 120 horas en seis semanas, en la empresa Clece que presta servicios en las piscinas municipales de As Pedreiras. Alterna labores en la recepción de este complejo deportivo con las de limpieza. Estas últimas, según señala, son las que más le satisfacen porque asegura, en un ejercicio de elevada autoestima, que "se me dan muy bien".

Este lucense de 35 años, con discapacidad intelectual, ya cuenta con una dilatada experiencia laboral pues ha realizado cursos de cocina, jardinería o trabajo forestal.

Además de estos cuatro hay otros siete usuarios de Down Lugo que están realizando prácticas laborales, dos en el CEI-Nodus del Concello de Lugo; dos más en el Ayuntamiento de Viveiro; otros dos en los de Cervo y Guitiriz y el restante en una empresa de Monforte de Lemos que fabrica maquinaria.
La asociación cuenta con preparadores laborales que les acompañan los primeros días a sus prácticas para enseñarles las tareas que tienen encomendadas.
Carla, Javier, Claudia y Edu quieren seguir los pasos de otros 18 usuarios de esta asociación que están contratados, 15 de ellos con carácter indefinido. Algunos ya se incorporaron al mercado laboral hace más de 15 años.
Sarai Lodeiro, que lleva nueve años trabajando en esta asociación, asegura que a lo largo de este periodo ha apreciado "un cambio de mentalidad" de las empresas para incorporar a personas con síndrome de Down o con discapacidad intelectual.
Esas prácticas son posibles gracias a los convenios firmados por la asociación con la Fundación Once y con Política Social
"Las empresas que realizan estos contratos tienen amplias bonificaciones de la Seguridad Social y la Xunta también tiene líneas de ayudas", explica la responsable del área de formación y empleo de Down Lugo.
Destaca que la "visibilidad social" que supone la contratación de estas personas por grandes empresas contribuye a que otras firmas de menos volumen también den el paso para incorporarlas.
Esta técnico de empleo pide a las administraciones públicas que convoquen más oposiciones con plazas específicas para personas con discapacidad intelectual y que establezcan requisitos en los pliegos de condiciones de concursos públicos para que las empresas aspirantes las contraten.