Una lucense publica un cuento sobre el cáncer inspirado en su hermana

María Vallejo escribió 'Te dejo mis katiuskas', una historia para aprender a hablar de cáncer. La filóloga lucense presenta el libro el sábado 23, a las 19.00 horas, en Afundación Abanca

La escritora lucense María Vallejo posa con un ejemplar de 'Te dejo mis katiuskas'. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera La escritora lucense María Vallejo posa con un ejemplar de 'Te dejo mis katiuskas'. VICTORIA RODRÍGUEZ

Hay palabras que parece que no se pueden decir en alto por el miedo que generan. Palabras como enfermedad y, sobre todo, cáncer. La lucense María Vallejo escribió hace tiempo el cuento Te dejo mis katiuskas, un relato sobre esta dolencia y el impacto que tiene sobre los más pequeños. La lucense presentará el libro el próximo sábado 23, a las 19.00 horas, en la Afundación Abanca. Los beneficios de la obra irán a la Fundación Aladina.

Hace una década que le detectaron un cáncer "virulento" a la hermana de Vallejo, Rosa, y solo dos meses desde que falleció. El descubrimiento de esta enfermedad coincidió con el primer año de vida de su hijo y la enfermedad sobrevoló de forma indirecta sobre su vida. "Mi hijo nunca llegó a preguntar nada", reconoce la escritora, que explica cómo nunca se hablaba de la dolencia en alto, ni siquiera se decía la palabra cáncer en casa.

Por mucho que intentasen proteger al niño, era consciente de que ocurría algo, aunque fuese por la tensión que había en el ambiente. Las continuas menciones a la gripe —por no decir cáncer— hicieron que hasta su hijo temiese que se le fuese a caer el pelo.

En todo este proceso Vallejo comenzó a escribir la historia de una niña llamada Carlota que tiene a su madre enferma. Al principio era un cuento infantil para poder hablar con su hijo del tema. Después se transformó en una historia para adultos que le sirvió de «desahogo». «Era como una liberación, yo también necesitaba hablar en alto», reconoce la escritora. Las ilustraciones que acompañan la historia son de Ana Fernández, compañera de clase de su hijo en Ferrol.

La historia comenzó como una forma de desahogo ante el cáncer virulento que estaba superando su hermana rosa

Vallejo piensa que el libro podría servir a para llamar la atención sobre la importancia de hablar de estas cosas con los más pequeños. "No saber produce miedo", resume la autora.

Sin embargo, el libro rebosa ternura y dulzura, no tiene un tono duro ni trágico. Vallejo sabe que la palabra "dulce" asociada al cáncer duele a algunas personas, pero en su experiencia fue lo que le transmitió su hermana, que mostró siempre su mejor cara y no dejó que el cáncer le quitase de su vida normal.

El cáncer se suele ver muchas veces como un combate contra la enfermedad, una sucesión de batallas hasta conseguir superar la dolencia. Vallejo añade que en un batalla alguien debe ganar y, aunque la enfermedad terminase finalmente con la vida de su hermana, "no fue capaz de vencer". En su opinión, su hermana —la mayor de cinco— luchó para que sus padres y familiares no sufriesen con todo el proceso.

El final del cuento fue lo último que escribió con la esperanza de que tuviese un final feliz, pero no pudo ser. Lo único que lamenta es que su hermana Rosa no tuviese la oportunidad de leer el cuento terminado. Grandes y pequeños encontrarán una historia inspiradora con una óptica más amable y sincera sobre el cáncer.

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