El lucense Castiñeira, clave en el arresto de Puigdemont, está a la espera de destino

Ha dirigido once operaciones antiyihadistas que se han saldado con 26 arrestados

Germán Castiñeira. EFE
photo_camera Germán Castiñeira. EFE

Germán Rodríguez Castiñeira (Lugo, 1956), hasta este martes comisario general de Información, se encuentra a la espera de destino tras diez meses en los que el equipo que dirigía desarrolló once operaciones antiyihadistas y jugó un papel relevante en la detención de Carles Puigdemont en Alemania.

Fuentes policiales han indicado a Efe que el equipo de Interior espera acordar con Castiñeira sus nuevas responsabilidades y valora el trabajo que ha desempeñado al frente de la lucha antiterrorista pese a sus discrepancias con la secretaria de Estado, Ana Botella.

Policías adscritos a su unidad también han destacado a Efe su trabajo e integración en uno de los equipos clave del Cuerpo, en tanto que el SUP, sindicato al que está afiliado, ha expresado su malestar por el cambio, pese a la valía de su sustituto, Eugenio Pereiro.

El paso de Castiñeira por Información tiene una fecha clave: el 25 de marzo de 2018. Ese día, agentes de su equipo colaboraron con el CNI y con la policía alemana para el seguimiento y detención del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont.

Los policías y los agentes del CNI se coordinaron para el seguimiento de Puigdemont, cuyo coche llevaba un dispositivo de geolocalización y que finalmente fue arrestado por la Policía alemana.

Pero Castiñeira también ha dirigido once operaciones antiyihadistas que se han saldado con 26 arrestados. 

La más llamativa, la operación Harmakis, en la que cayeron varios yihadistas que financiaban al DAESH vendiendo piezas arqueológicas expropiadas de yacimientos de Libia.

Antes de ponerse al frente de la Comisaría de Información por decisión del anterior ministro, Juan Ignacio Zoido, Castiñeira dirigió la Brigada Provincial de Madrid y fue jefe superior en esa Comunidad.

Pero tuvo contacto con la lucha antiterrorista desde sus inicios en el cuerpo, durante la Transición, con un primer destino en San Sebastián.

En la noche del 23-F firmó un manifiesto por la democracia y posteriormente se integró en los servicios de información en la denominada Brigada Antigolpe, que investigaba tramas militares golpistas.

Dirigió la Caballería de la Policía y, ya como comisario, estuvo destinado en Melilla, donde, en el año 2000, tuvo sus primeros contactos con la lucha contra el terrorismo yihadista. 
 

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