Los vehículos camuflados de Tráfico cazan a una media de 130 conductores al mes en Lugo

El exceso de velocidad y el uso del teléfono móvil al volante centran las denuncias tramitadas por las patrullas de incógnito. Nueve coches camuflados recorren la provincia y tres de ellos se utilizan como radar. La DGT anunció que señalizará estos últimos

Los conductores no los perciben, pero los vehículos camuflados de la Guardia Civil de Tráfico recorren a diario las carreteras lucenses con el objetivo de convertirlas en un lugar seguro. Para ello, persiguen a los infractores y sancionan todas aquellas conductas que puedan suponer un peligro para la seguridad vial, desde la realización de maniobras antirreglamentarias, hasta el consumo de alcohol al volante, pasando, entre otras cosas, por el exceso de velocidad, que sigue siendo la gran asignatura pendiente de los conductores lucenses.

De hecho, los datos que maneja la Jefatura de Tráfico de Lugo ponen de manifiesto que alrededor de la mitad de las sanciones tramitadas el año pasado por los coches camuflados -un total de 1.579, lo que da una media aproximada de 130 al mes- fueron precisamente por dicha causa: no levantar el pie del acelerador.

El segundo motivo de sanción es el uso del teléfono móvil al volante. Llamar a casa para dar un recado, descolgar para atender una llamada de trabajo o leer un Whatsapp de un amigo cuando se tiene el volante entre manos es una práctica habitual, a pesar de que los conductores son plenamente conscientes de que acarrea una multa. En 2014, las patrullas de incógnito de la Guardia Civil sorprendieron a 408 automovilistas utilizando el móvil en las carreteras de la provincia.

Si a estos infractores se suman los que fueron pillados por los vehículos rotulados de la Benemérita, la cifra asciende a un total de 1.109. Seguramente, este millar de conductores se lo pensará dos veces la próxima vez que se plantee mantener una conversación sin manos libres mientras pilota.

Y también habrán escarmentado los conductores multados por no llevar puesto el cinturón de seguridad. Aunque en los asientos delanteros es preciso llevarlo desde hace más de cuarenta años -y tiempo después se implantó su utilización obligatoria en la parte trasera de los vehículos-, parece ser que su uso todavía no está generalizado. Tanto es así que los coches camuflados de la agrupación de Tráfico de Lugo denunciaron el pasado año a 227 personas que viajaban sin cinturón. En total, sumando las sanciones del resto de los agentes, el número se eleva a 1.647.

Estas tres infracciones: el exceso de velocidad, el uso del teléfono móvil al volante y no llevar puesto el cinturón de seguridad conforman el grueso de las sanciones tramitadas por los vehículos camuflados. Pero además, estas patrullas cazaron a 22 conductores que dieron positivo en alcohol, 19 que realizaron un adelantamiento antirreglamentario, ocho que fueron denunciados por conducción temeraria, seis que viajaban con niños sin hacer uso de ningún sistema de retención infantil, dos que realizaron un giro incorrecto, uno que no respetaba la distancia obligatoria de seguridad y dos motoristas que no llevaban casco.

TENDENCIA. Según los datos facilitados por Tráfico, las multas impuestas el año pasado en Lugo por los coches camuflados de la Guardia Civil experimentaron un descenso con respecto a 2013, cuando tramitaron 1.929 sanciones, 350 más que en 2014. Y la cifra podría seguir bajando cuando entren en vigor los cambios anunciados por la DGT, ya que la directora general de este organismo, Marta Seguí, adelantó hace un mes el fin de los coches camuflados.

Con el objetivo de conseguir reducir la velocidad en carretera y sacarse de encima el sambenito de recaudadores, Tráfico explicó que no esconderá más los radares móviles instalados en estos coches. Sin embargo, desde la jefatura lucense aclaran que la idea es anunciar únicamente los coches camuflados que funcionan como radar, pero no el resto. Actualmente, en la provincia de Lugo hay nueve vehículos camuflados, de los que solo tres se utilizan como radar, por lo que los seis restantes seguirían circulando de incógnito.

Según lo previsto, no habrá ningún panel que informe previamente de la existencia de un radar, pero la DGT publicará en su página web los 1.200 tramos de todo el territorio nacional en los que podría estar colocado un radar móvil (actualmente ya se publican los fijos). La lista se renovará cada mes y podrán descargarla los operadores de navegadores para incorporarla en estos aparatos.

En la provincia lucense, estos radares móviles se colocarán fundamentalmente en carreteras secundarias, donde según Tráfico se detectan más infracciones, y también en los viales con mayor intensidad de circulación. Además, cuando los agentes paren a un conductor por exceso de velocidad, no solamente le pondrán una multa por ello, sino que también lo someterán a un control de alcohol y drogas, y revisarán su documentación para comprobar que el vehículo dispone de seguro y que ha pasado la ITV.

Desde la jefatura lucense explican que, de momento, se trata de una propuesta que todavía «se está definiendo».

La modificación que sí ha entrado en vigor recientemente es que todos los radares aplican ya un nuevo margen de tolerancia, conocido como ‘tolerancia 7’, y además distinguen el tipo de vehículo -camión, furgoneta, turismo o motocicleta- para aplicar la sanción correspondiente en cada caso. Con este sistema, todos los controles multan al vehículo infractor cuando supere en 7 kilómetros por hora los límites establecidos, si estos son inferiores a 100 kilómetros. Cuando la velocidad límite sea de 100 kilómetros por hora, el radar saltará a 109; si el límite es 110, saltará a 120, y si el máximo permitido es 120, se activará a 131. Con los cambios ideados por la DGT, los conductores sabrán a qué velocidad pueden ser multados y dónde corren el riesgo de toparse con un radar. Habrá que esperar para comprobar si la propuesta resulta o no efectiva.

Camuflados o montando un dispositivo perfectamente visible, los agentes de la Guardia Civil de Tráfico de Lugo vigilaron intensamente las carreteras de la provincia el pasado año y pusieron un total de 30.218 multas. Esta cifra supone un ligero incremento con respecto al año anterior, cuando se contabilizaron 28.667 sanciones.

La información que maneja la DGT revela que el exceso de velocidad encabeza la lista de imprudencias cometidas en las carreteras lucenses, tanto en el balance general, como en el caso de las detectadas por los vehículos camuflados.

Sin embargo, el segundo puesto en la lista de infracciones varía, ya que cuando las patrullas señalizan los controles sorprenden a más conductores sin hacer uso del cinturón de seguridad que hablando por el móvil, mientras que si los vehículos se camuflan, el orden se invierte. Es decir, los conductores se apuran a colgar el teléfono cuando ven a la Benemérita, pero no se cortan en mantener una conversación al volante cuando no son conscientes de que les están multando.

En ambos casos, la cuarta causa de sanción son las alcoholemias positivas, una conducta peligrosa sobre la que, a tenor de las estadísticas, todavía falta concienciación.

VIALES. En cuanto a las carreteras en las que se detectan más infracciones, la DGT destaca la N-VI, la A-6 y la N-640. En el primer vial, las imprudencias más usuales son las alcoholemias, viajar sin cinturón o sin sistemas de retención infantil, giros incorrectos y adelantamientos antirreglamentarios. En la A-6 se multa más por conducción temeraria y por no respetar la distancia de seguridad, mientras que en la N-640 se sanciona en mayor medida por el uso del móvil y por no llevar casco en motocicletas.

La DGT informará en su web sobre los radares móviles. Desde la jefatura de Lugo explican que la propuesta aún «se está definiendo» Desde hace un mes, todos los radares distinguen el tipo de vehículo infractor y aplican el margen de tolerancia del 7%

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