Los ambulantes dicen que el Ayuntamiento y la Policía Local "se tiran piedras" entre ellos

La mayoría de los vendedores ambulantes que normalmente se instalan en el mercadillo de Frigsa, en la ciudad de Lugo, no colocaron este martes sus puestos, en señal de protesta porque la Policía Local volvió a impedirles que ubicasen sus furgonetas en el recinto, aunque confían en llegar este miércoles a un acuerdo con la concejala de Ciudadanía, Rosana Rielo.

En cualquier caso, uno de los vendedores afectados, José Barrul, opina que la Policía Local y el Ayuntamiento de Lugo se "están tirando piedras entre ellos", porque mientras el gobierno local expresó públicamente su disposición a "dialogar" y a "negociar", los agentes realizaban este martes un nuevo control en el recinto.

Barrul asegura que los vendedores ambulantes no son capaces de ver "con claridad" el "motivo" que ha llevado en este momento a la Policía Local de Lugo a realizar esos controles y a impedir que los comerciantes mantengan una práctica que ha sido habitual en las últimas décadas. "Nos ha cogido por sorpresa", dijo este comerciante, quien recordó que su padre empezó a vender en el mercadillo de Frigsa en el año 1985 y, desde entonces, nunca hubo problema para que los vendedores ubicasen las furgonetas que les sirven de "almacén y probador" detrás de sus puestos.

Para evitar este tipo de situaciones, aclaró Barrul, el Ayuntamiento podría cambiar "la ordenanza municipal", una opción que le plantearán este miércoles a Rielo, en una reunión que comenzará a las 19.00 horas.