López novela la experiencia de un imputado en una operación judicial

El arquitecto retrata la experiencia de desconcierto de un técnico que se ve implicado en una macrocausa, sometido a presiones e incapaz de entender lo que está ocurriendo
Miguel Olarte y Manuel Eduardo López, en la presentación del libro
photo_camera Miguel Olarte y Manuel Eduardo López, en la presentación del libro

El arquitecto Manuel Eduardo López presentó este martes la novela ‘La jueza y el tendero’, una historia de ficción en la que hace una aproximación muy realista a la experiencia de un imputado en una macroinvestigación judicial. López, en La Ferretería y acompañado por el periodista de El Progreso Miguel Olarte, dio a conocer la novela, cuyo protagonista "es un imputado típico de Lugo, una persona de escala media, al que se le viene todo encima y no es capaz de entender lo que está pasando", contaba el arquitecto.

La obra pretende retratar diversos aspectos de lo que supone verse inmerso en una investigación judicial de gran calado, una experiencia que conocen técnicos o funcionarios de Lugo, apunta el autor.

La novela, efectivamente, se sitúa en Lugo y su trama hace recordar operaciones judiciales como la Muralla, que dan la vuelta a una administración y pone en cuestión el trabajo hecho no ya por los políticos, sino también por los funcionarios o las empresas que trabajan para las administraciones.

En el centro de su historia, el arquitecto lucense coloca a una persona que es imputada pero que no se siente un delincuente ni conoce la experiencia de lo que es estar fichado como tal, por lo que se enfrenta a situaciones de angustia y a la incomprensión de las situaciones que le toca vivir.

¿Hasta qué punto se ciñe la novela a la realidad? López dice que ha extraído de la realidad "pinceladas, paisajes..." y añade que "hay realidad, pero no personas reales". Agrega que "hay ficción en interés de la trama".

Eso sí, el autor reconoce tener un conocimiento personal muy directo y de compañeros que han vivido circunstancias difíciles como consecuencia de investigaciones judiciales que les han llevado a situaciones personales muy difíciles.

Cuenta, por otro lado, que ha intentado utilizar los "artilugios literarios" para acercar a los lectores a "otro nivel de conocimiento" sobre lo que han podido vivir quienes han estado salpicados por grandes investigaciones judiciales en torno a casos de corrupción urbanística en Lugo. El autor aporta un punto de vista diferente, porque "a la crónica habitual", la que todo el mundo conoce de esas macrocausas judiciales "le faltan cosas", señala.

El autor también recalcaba este martes que en la novela "no hay buenos ni malos, lo que se intenta es ofrecer un conocimiento nuevo" de una realidad. Para ello, sitúa como protagonista a un arquitecto que forma parte de un estudio de la ciudad que se ve sumido en la incertidumbre tras ser detenido y que sufre presiones de quienes quieren que declare y de quienes desean que no lo haga.

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