El local del hipermercado de Abella está a la venta por 3,7 millones de euros

Varias plataformas inmobiliarias anuncian el bajo de 4.700 metros cuadrados, que estuvo abierto hasta el pasado enero

El híper de Abella, cuando estaba a punto de cerrar. AEP
photo_camera El híper de Abella, cuando estaba a punto de cerrar. AEP

El bajo del centro comercial Abella en el que funcionó hasta el pasado 31 de enero el hipermercado E.Leclerc está a la venta en varias conocidas plataformas digitales inmobiliarias por un precio de 3,7 millones de euros -787 euros por metro cuadrado-.

Se trata de un local de 4.700 metros cuadrados que está en la planta baja y con accesos independientes a la gran superficie comercial.

E.Leclerc había inaugurado el hipermercado el 17 de noviembre de 2015, un día antes que el resto del centro comercial, y cerraba sus puertas al público poco más de dos años después, tras presentar un expediente de regulación de empleo de extinción que afectó a sus 58 trabajadores.

E.Leclerc tuvo en servicio durante 26 meses el hipermercado de Abella, cuya plantilla estaba formada por 58 empleados

La venta de este local de 4.700 metros cuadrados por 3,7 millones de euros trasciende cuando Abella está a punto de cumplir tres años de su apertura.

CUATRO LOCALES EN ACTIVO. Aparenta ser una gran área comercial fantasma, de 32.660 metros cuadrados. Solo tiene cuatro establecimientos en activo hoy en día: el restaurante de comida rápida, con servicio para autos, que se encuentra en el exterior; el gimnasio que está en la primera planta, y las ocho salas de cine y una lavandería autoservicio, en la segunda.

En otros tres locales, una parafarmacia y dos franquicias de ropa infantil, hay colgado un cartel informativo en el que advierten de que permanecerán cerrados hasta noviembre por "descanso del personal". Antes de bajar la verja estos tres establecimientos solo abrían de martes a sábado, por las tardes.

Algunos bajos conservan los mismos carteles de "próxima apertura" que lucían hace tres años cuando echaba a andar Abella. En otros, más actualizados, figura el rótulo de "local disponible" y el contacto de la consultora inmobiliaria madrileña, JLL, que desde hace un año se encarga de comercializar esta superficie en vez de la promotora del centro, la barcelonesa Inversiones Abuín.

Los estudios de mercado iniciales preveían que el centro comercial recibiría a unos tres millones y medio de visitantes anuales

Pese a esa imagen desoladora por su falta de actividad, el centro comercial presenta un aspecto pulcro. Sus largas escaleras mecánicas de acceso están en servicio y su aparcamiento cubierto, con capacidad para unos 1.700 vehículos, también.

En la primera planta funcionan un fotomatón y cuatro pequeñas atracciones infantiles individuales. En la segunda, están disponibles para los usuarios un cajero automático y sendas máquinas expendedoras de café y de refrescos y dulces.

En los últimos meses, el centro comercial anunció a través de las redes sociales la puesta de servicio de un contenedor para ropa usada y otro para tapones.

TORMENTOSA SINGLADURA. La apertura de Abella, cuya inversión rondó los 89 millones de euros, se hizo esperar. La recesión económica contribuyó a que se demorase varios años. Esas trabas ya parecían augurar una complicada trayectoria. Sus estudios de mercado iniciales, que preveían tres millones y medio de visitantes al año, distaron mucho de la realidad.

Incluso hubo arrendatarios que a los pocos meses de la apertura se marcharon al no obtener la licencia municipal porque el centro comercial tardó en obtenerla, debido a que las pistas de pádel acondicionadas en la cúpula acristalada no se ajustaban al proyecto inicial.

Una apuesta por las salas de cine
La empresa olívica que explota las ocho salas de cine que se encuentra en  Abella, que proyectan películas desde las cuatro de la tarde hasta la una de la madrugada, ha optado por potenciar estas frente a las otras ocho con que cuenta en el centro comercial As Termas, en donde al parecer no renueva la cartelera desde hace un mes.

UN PULSO. Detrás de ese movimiento sorpresivo, porque un centro comercial registra millones de visitantes al año y el otro está de capa caída, se encuentra el pulso que puede mantener la empresa para renovar su contrato de arrendamiento en la gran superficie próxima al polígono industrial de O Ceao.