"Llevo denunciados más de 30 robos y siempre queda en nada; es la desesperación"

El dueño de una cantera de Esperante afirma que un grupo de ladrones le sustrae la chatarra y las baterías de los camiones continuamente ►"Una vez los sorprendí en la nave y huyeron sin su furgoneta, pero fueron a denunciar que se la robaron y al final los absolvieron", lamenta

Jesús Fernández, junto a una de las máquinas dañadas en la cantera donde trabaja con su hermano Antonio, asaltada cinco veces en un año. X. PONTE
photo_camera Jesús Fernández, junto a una de las máquinas dañadas en la cantera donde trabaja con su hermano Antonio, asaltada cinco veces en un año. X. PONTE

"Desesperado". Así es como se siente Antonio Fernández, propietario de una cantera de arena sita en la zona de Esperante, en el municipio de Lugo. Según afirma, desde que el negocio abrió sus puertas, hace ya dos décadas, él y su hermano Jesús llevan denunciados más de una treintena de robos y nunca han conseguido que el peso de la Justicia recaiga sobre los ladrones. Solo en el último año, estos empresarios sufrieron cinco sustracciones y están convencidos de que fueron cometidas por el mismo grupo, lo que incrementa todavía más su desesperación.

"Estoy harto de poner denuncias porque no soluciono nada. El año pasado", cuenta Antonio, "llegué un día a trabajar y sorprendí a los ladrones dentro de la nave. Cuando me vieron huyeron a pie y dejaron su furgoneta. Yo llamé a la Policía y los agentes se la llevaron. Ese día", explica, "pensé que por fin se iba a solucionar algo".

El afectado dice que en el último año le robaron cinco veces. "Las últimas ya no denuncié porque es una pérdida de tiempo"

 

Sin embargo, las expectativas de Antonio Fernández no se cumplieron. "Los ladrones fueron corriendo a denunciar que les habían robado la furgoneta y llevaron al juicio a un montón de testigos. Así que, por increíble que parezca, no quedó demostrado que habían sido ellos y los absolvieron", lamenta.

Desde ese momento, la cantera de este empresario sufrió otros cinco robos. "Siempre actúan igual. Se llevan la chatarra y, cuando no hay, o es demasiado pesada para cargarla a pulso en un vehículo, van a por las baterías. Yo estoy convencido de que es el mismo grupo. Como les devolvieron la furgoneta y ven que aquí no pasa nada, pues siguen robándome. Por una cosa o por otra, nunca hay pruebas suficientes y siempre queda todo en nada; es la desesperación", asegura.

Antonio Fernández se siente impotente ante la impunidad de los cacos y ha comenzado a resignarse. "Los últimos robos ya no los denuncié porque después tengo que ir a un juicio en el que ya sé lo que va a pasar y es una pérdida de tiempo y de dinero. Ya no sé qué hacer", dice.

Hace dos semanas, los cacos se llevaron todas las baterías de los camiones y las máquinas y pasaron un día sin poder trabajar

 

Hace dos semanas, los cacos volvieron a la empresa y se llevaron 13 baterías. "Cuando llegamos a trabajar no encendían ni los camiones ni las máquinas, así que no pudimos hacer ningún trabajo. Pasamos el día comprando baterías nuevas para reponerlas, y cada una cuesta más de 200 euros. Además", explica, "cuando las arrancan para robarlas, los delincuentes rompen todos los cables y dejan todo hecho un desastre, por lo que hay que repararlas".

Este empresario cuenta que los ladrones también rompieron el muro de una finca contigua para poder acercarse al recinto con su furgoneta. "Así no tienen que cargar con la mercancía robada y les da igual destrozarlo todo", dice. Antonio Fernández reclama más presencia policial para, al menos, disuadir a los cacos.

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