Llevarte la nube a casa

Sofía Prósper y Santiago Saavedra son dos lucenses que hacen activismo a favor de la privacidad de los datos en internet
Sofía Prósper y Santiago Saavedra. SEBAS SENANDE
photo_camera Sofía Prósper y Santiago Saavedra. SEBAS SENANDE

LO QUE empezó siendo una propuesta tecnológica-artística sobre la huella digital para el Medialab-Prado en Madrid acabó convirtiéndose, unos meses después, en un proyecto europeo, con el que tres ingenieros informáticos y una arquitecta pretenden crear miniservidores de uso particular y así deshacer la nube que guarda millones de datos de todos los usuarios de internet.

El proyecto fue bautizado con un nombre alegórico, Iuvia, en referencia a la lluvia que se produce cuando descarga una nube. Los lucenses Sofía Prósper, arquitecta, y Santiago Saavedra, ingeniero informático, son dos de los cuatro integrantes del proyecto, que se propone borrar el cielo digital de nubes para garantizar que cada cual sea dueño de sus datos.

"Todo surgió a raíz de un proyecto que presentamos, yo y Santiago, en el Medialab-Prado, de Madrid, un laboratorio ciudadano donde la gente puede hacer propuestas sobre distintos temas. Nosotros llevamos a ese laboratorio Trackula, que era un plugging que diseñamos para el navegador Firefox con el que se podía ver cómo se rastrea todo lo que haces en la red. A través de ese plugging conectado al ordenador, el usuario podía ver unas setas que iban uniendo sus raíces, como hacen en la naturaleza, y que simbolizaban cómo los trackers rastrean y comparten los datos personales, incluso de webs diferentes, a través de nuestro historial de navegación", explica Sofía Prósper.

La experiencia de Trackula no se quedó solo en el Medialab-Prado. La propuesta se hizo merecedora de un premio de la Agencia de Protección de Datos y dio pie, además, a la creación de una asociación sin ánimo de lucro, con el mismo nombre, en la que Sofía y Santiago ejercen como activistas en defensa de la privacidad de datos en internet en conferencias y cursos, entre otras actividades.

"Muchas veces llevamos unas galletas de madera que les entregamos a la gente y que simbolizan lo que son las cookies. Esas galletas tienen dentro un chip que registra todos los movimientos de la persona que lo lleva. Lo que pretendemos es concienciar a la gente de que todo lo que hace en internet deja rastro y ese rastro es información personal a la que otros tienen acceso. Lo que hacemos es activismo en defensa de la protección de los datos personales en internet", cuenta Sofía.

Esta joven arquitecta lucense era, hasta hace unos años, una usuaria más de internet que nunca se había planteado a dónde iban a parar los datos e interacciones que generaba a través de sus búsquedas, sus visitas a webs o sus reacciones en las redes sociales. "Realmente, me pasaba como a la mayoría de la gente: sabía que esos datos quedaban por ahí, en la nube, algo etéreo que hay en internet y a donde va a parar todo, pero no entendía el alcance que podía tener esa granja de servidores que comparten datos de millones de personas. Nuestra intención es cambiar el mundo y que la gente sepa lo que es la economía o el capitalismo de la vigilancia y que no haya una vampirización de los datos", indica.

Esta concienciación y activismo llevó a Sofía y a Santiago, junto con otros dos ingenieros informáticos, a presentarse al programa europeo Next Generation Internet con el proyecto Iuvia, con el que pretenden crear miniservidores particulares que sean una alternativa a la nube de Google.

"Se trata de un dispositivo físico que tengas en tu propio ordenador y desde el que puedas manejar todo y, a su vez, deshacer la nube", explica Sofía Prósper.

Por ahora, el proyecto tratará de construir un prototipo, cuya carcasa se realizará en España pero cuyo cerebro se encargará a China o a Japón. "Hacia finales de año, pensamos hacer una campaña de crowfunding para intentar recoger fondos y llevar adelante este proyecto", comenta Sofía.

Hasta el momento, no existe ningún tipo de servidor de uso privado que pueda tener la capacidad suficiente para almacenar todos los datos personales, según explica Sofía Prósper. "Lo que hay son servidores que te puedes montar tú pero no hay nada que albergue varios servicios a la vez, como la nube. El que pretendemos sacar nosotros tendrá un marketplace en el que, mediante una suscripción anual, te podrás descargar aplicaciones de software libre", indica la joven lucense.

La marea de datos del confinamiento
El confinamiento llevó al volcado de una gran cantidad de datos personales en internet ya que toda la vida tenía su conexión en la red. "Desde Trackula, dimos una conferencia titulada ‘La escondite’ donde analizamos lo que pasó, tras el confinamiento, con la privacidad porque, en ese tiempo, todos nuestros movimientos estuvieron monitorizados por Zoom, Skype, Facebook o Google", dice Sofía Prósper. Niños Otro punto interesante es el volcado de datos de niños en la nube con la educación online. "Quizás se estén sustrayendo los datos de los niños a través de plataformas como Google Education o Microsoft", afirma Sofía Prósper.

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