El juez ha dejado en liberta al joven, de unos 25 años, fue detenido el pasado lunes por la tarde tras atacar a su padre con un hacha en la vivienda en la que ambos residen, en la zona de Ombreiro.
La agresión se produjo supuestamente en el transcurso de una discusión que ambos mantuvieron en su domicilio, al parecer por discrepancias con respecto a la comida. El enfrentamiento fue subiendo de tono y, en un momento dado, el joven agarró un hacha de grandes dimensiones y atacó con gran violencia a su progenitor de forma repentina.
Tal y como explicó el hombre con posterioridad, el chico intentó propinarle varios golpes en la cabeza con el arma, pero logró esquivarlos. Sin embargo, el hacha lo alcanzó en un brazo -ya que intentó protegerse-, provocándole varios cortes en el hombro y en una mano. Tras la agresión, el herido fue trasladado en ambulancia al Hospital Universitario Lucus Augusti, donde le realizaron las curas pertinentes y le dieron el alta médica.
El joven, por su parte, reconoció los hechos ante la Policía Nacional, que lo trasladó inicialmente al Hospital Lucus Augusti para someterlo a una valoración psiquiátrica.
El detenido pasó este miércoles a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Lugo, en funciones de guardia, según han confirmado a Europa Press fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). El juez decretó su puesta en libertad sin medidas, ya que los padres del joven no presentaron denuncia y el fiscal no solicitó su ingreso en prisión ni la imposición de medidas.
El hombre está investigado por un intento de homicidio, si bien el juzgado está pendiente de recibir el informe forense que determine el estado mental en el que se encontraba cuando sucedieron los hechos para decidir si procede el sobreseimiento o sigue con la instrucción.
El chico reconoció los hechos con una calma impropia de la situación y dijo que dejó de agredir a su padre porque lo vio llorar
ARRESTO. El joven, por su parte, reconoció de inmediato ante la Policía Nacional de Lugo que había sido el autor del ataque y narró el incidente con una tranquilidad impropia de la situación. De hecho, ofreció un relato poco coherente y llegó a decir que, tras los primeros golpes, todavía tenía la intención de continuar agrediendo a su progenitor, pero decidió parar porque lo vio llorar.
Ante esta situación, los agentes detuvieron al chico como autor de un delito de lesiones en el ámbito familiar, pero no lo trasladaron a la comisaría de la Rúa Chantada, sino directamente al Hula, donde recibió una primera asistencia sanitaria y quedó ingresado para ser sometido a una valoración psiquiátrica y forense.
Según comentaron varios conocidos de la familia tras tener conocimiento del incidente, los enfrentamientos entre padre e hijo son bastante frecuentes y la Policía Nacional ya tuvo que acudir en varias ocasiones al domicilio familiar para calmar los ánimos y mediar en las discusiones que mantienen. Sin embargo, el joven nunca hasta ahora se había enfrentado a su progenitor con tanta violencia.
