"Le gustaba la redacción de El Progreso; no podía pedir más"

Pedro de Llano dirigió el diario ocho años y este sábado se celebra el centenario de su nacimiento

Pedro de Llano, 'Bocelo'. AEP
photo_camera Pedro de Llano, 'Bocelo'. AEP

"Para muchos puede parecer una simpleza sin valor alguno, pero para mí es maravilloso pensar que junto a otros muchos pude ayudar a solucionar pequeños problemas que la sociedad en su conjunto debería haber evitado: que una familia pudo emocionarse porque encontró dónde dormir; que un viejo pescador pudo ver sustituida la lancha que perdió en un temporal; que un mutilado anónimo pudo volver a moverse. En el fondo de todo esto, que para muchos resulta insignificante, uno se siente sin embargo un tanto envanecido pensando que algo hizo. Mentiría si negase que en esa íntima vanidad encontré siempre una enorme satisfacción para mi compromiso con los desheredados de la fortuna, que no es mal premio. Así pues, de trabajo, de sacrificio, nada. Lo hice porque quise".

Son estas palabras de Pedro de Llano, 'Bocelo', periodista del que hoy se conmemora el centenario de su nacimiento en A Coruña. Esta declaración de intenciones, este resumen de vida, es además una defensa a ultranza de su trabajo, una labor que lo apasionó durante 43 años en los que dirigió tres diarios gallegos, entre ellos El Progreso de Lugo (1972-1980).

Fue precisamente la etapa lucense la última de un sueño de vida cumplido y el colofón a una manera muy personal de hacer periodismo: escribir desde un profundo compromiso con la sociedad y con los más humildes. Así lo entendió siempre y así lo hizo.

De Llano nació el 1 de diciembre de 1918 en A Coruña, hijo de Ramón de Llano, un cubano de origen gallego que dirigió una casa de publicidad y fue secretario general del Deportivo de A Coruña, y de Gloria López, una asturiana hija de un guardia civil republicano.

El arquitecto De Llano recuerda que acompañaba a su padre también en algunos de esos viajes, y afirma que eran muy divertidos

Casado con María Josefa Cabado, tuvo dos hijos, Pedro y María Gloria. Comenzó su carrera muy joven, en el año 1937, una profesión plagada de éxitos y satisfacciones, aunque hoy en día el que fue uno de los referentes del periodismo español quizás haya caído en parte en el olvido.

Su hijo, el arquitecto Pedro de Llano, recuerda que para su padre los ocho años que pasó en Lugo constituyeron un "tiempo muy feliz", dice. "Se encontró en El Progreso a una gente con la que tuvo muy buena relación, como Puro Cora, que fue quien lo llamó para dirigir el periódico, o Ánxel Fole, que se convirtió en uno de sus grandes amigos y con el que pasó momentos realmente inolvidables", añade.

Según su hijo, Bocelo también era una persona que se adaptaba de manera excelente a cualquier ambiente. "Él siempre decía que a su redacción le gustaba su trabajo y a él trabajar con ellos", continúa. "No podía pedir más".

De Llano recorrió toda la provincia, acompañado la mayoría de las veces por Fole y algún otro redactor. Fue una manera de hacer un periódico para una Galicia de interior: conocerla a fondo.

El arquitecto De Llano recuerda que acompañaba a su padre también en algunos de esos viajes, y afirma que eran muy divertidos, pues sus corresponsales "eran todos con una formación muy elemental, pero estaban muy ligados al periódico y con los que él se llevó muy bien. Cuando viajaba hablaba con ellos con tranquilidad, y aquellas citas con su gente eran en realidad charlas de amigos. Eso te hace ver lo entrañable que podía ser su relación con sus trabajadores".

Aunque Pedro no siguió la tradición periodística de su padre, sí lo ha hecho Pablo de Llano, su hijo. Juntos están rematando un libro sobre su padre y abuelo, respectivamente, que esperan poder presentar el próximo febrero en Lugo.

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