Pasearse por la zona intramuros de la ciudad, especialmente las calles contiguas a la catedral, sin ver una pintada es prácticamente imposible. Un sinfín de escritos con todo tipo de mensajes políticos, firmas o garabatos impregnan casi cada rincón del casco histórico, lo que provoca el enfado y la preocupación de vecinos y comerciantes de la zona. Prácticamente ninguna de las calles más emblemáticas de la ciudad se escapa a este afeamiento, que decora incluso la Oficina de Turismo de la Praza do Campo.
"Es vergonzoso cómo actúa esta gente. Se pinta para restaurar las fachadas y vuelven. Estamos hartos", señala la propietaria de un restaurante del entorno de la fuente de San Vicente. Frente a su local, los vecinos instalaron una cámara de vigilancia con autorización policial que, sin embargo, ha resultado de poca ayuda.
"Hace falta más vigilancia de la Policía Local. Los propietarios de los edificios estamos hartos"
Adolfo de Abel Presidente de LugoPatrimonio
Las asociaciones culturales y de divulgación del patrimonio califican de "vergonzosa e indignante" la situación. "Es una falta total de civismo por parte de aquellos que cometen estos actos. Suelen hacerlo los jueves y viernes por la noche, y hace falta más vigilancia de la Policía Local. Los propietarios de los edificios estamos hartos", critica Adolfo de Abel, que además de residente en la zona es presidente la asociación LugoPatrimonio.
Por otra parte, el presidente de la asociación de comerciantes Lugo Monumental, David Fernández, califica de "impresentable" la situación de esta zona de la ciudad y apuesta por impulsar iniciativas municipales. "Hay soluciones alternativas para artistas, aunque no sean permanentes", señala. Entre ellas, menciona el uso de lonas en edificios abandonados.
CONCELLO. El Concello de Lugo, por su parte, asegura que está llevando a cabo un programa de limpieza de pintadas en diferentes barrios, entre ellos, el casco histórico, por el que se supone que ya ha pasado. Sin embargo, todavía queda un largo catálogo de ejemplos de estos actos vandálicos, especialmente en los muros de edificios privados, en esta zona de la ciudad. Aunque se le solicitó información sobre las actuaciones en materia de vigilancia y de sanciones por este motivo, no ha proporcionado datos al respecto.
El Concello se hace cargo gratuitamente de la reparación a través de Urbaser, la empresa concesionaria de la limpieza en la ciudad. Para que se ocupen de borrarlas es preciso que el afectado cubra un formulario, destinado a la concejalía de desarrollo sostenible, que debe ir firmado por los propietarios de los inmuebles o las comunidades de vecinos.
Por su parte, Lugonovo presentó una serie de medidas en marzo que incluían un plan de actuación y sensibilización. Según el portavoz de la formación, Santiago Fernández Rocha, el gobierno las calificó de "interesantes", pero siguen sin materializarse.
Entre las medidas, se planteaba sensibilizar y concienciar sobre el daño que causan las pintadas al patrimonio, la mala imagen que dan de la ciudad y el coste que tiene eliminarlas; incrementar la vigilancia policial; elaborar una ordenanza con tipificaciones e infracciones específicas e, incluso, expedir un carné de grafitero como un modo de promover expresiones artísticas más cívicas. También se proponía, entre otras medidas, crear un protocolo de colaboración con la Fiscalía para perseguir a los infractores.
