«El papel que no toca a los nietos»

Las letras que el dolor no logró aún borrar

No tuvieron voz cuando fueron condenados a muerte por ideas políticas en plena Guerra Civil pero esta tarde, a las ocho, sus historias personales cobrarán vida de mano de lo que dejaron escrito en las cartas que enviaron a sus familias y amigos. Será en la vieja cárcel, entre las mismas paredes que dieron cobijo a su dolor

SEIS CARTAS, seis voces de los que, en su día, no tuvieron oídos que los escuchase. La Asociación pola Recuperación da Memoria Histórica (ARMH) llevará esta tarde, a las ocho, las cartas que seis condenados a muerte por sus ideas republicanas escribieron mientras esperaban, con angustia, el momento de ir al paredón, en el cementerio municipal de Ramón Ferreiro.

Marcelino Fernández Prada, Daniel Álvarez Carnero ‘Pepe de Villastrille’, Gregorio Sanz, José Ramos López, Perfecto Abelairas Castro y Ramón García Núñez serán los prisioneros políticos que hoy recuperarán la voz de la mano, en algunos casos, de sus familiares como ocurre con María José Pérez Álvarez, nieta de Pepe de Vilastrille. «Hubo siempre en mi familia mucho silencio alrededor de mi abuelo. Cuando, de niña, le pregunté por él a mi abuela, solo me dio una respuesta: «Lo mordió una serpiente». Era toda una metáfora de lo que le había pasado pero no era la verdad. Con mi abuela era imposible hablar del tema. Quien nos fue contando a la segunda generación lo que había pasado fue mi tío el mayor, que también guardó las cartas, pero lo hizo una vez que se había muerto Franco», afirma María José.

El abuelo de esta mujer fue teniente alcalde de Sober por el PSOE y también juez de paz en la localidad. El alcalde logró huir pero Pepe de Villastrille se escondió en casa de unos amigos. Finalmente, sería delatado por otro vecino y fue detenido. Estuvo entre rejas apenas cuatro meses, hasta su ejecución. La nieta de Pepe de Villastrille se enteró de la verdad en la adolescencia, pero no leyó las cartas de su abuelo hasta que se hizo adulta. «Cuando las leí, sentí muchas cosas a la vez: por un lado, respeto por los que callaron y, por otro, rabia, coraje, furia e incomprensión», cuenta.

La mayoría de las cartas expresan palabras de amor para sus familias y la esperanza de que se haga justicia con el tiempo

Ese dolor se quedó para siempre en su familia y se transmitió de padres a hijos y nietos. «Mi abuela no quería recordar y los hijos no hablaron en su momento por respetar su silencio. Ese dolor aún está vivo en sus hijos, que crecieron como una generación de perdedores», dice María José Pérez.

MISIVAS. El abuelo de María José, Pepe de Villastrille, fue detenido el 4 de agosto de 1936. El teniente de alcalde socialista de Sober fue juzgado por rebelión militar y por organizar partidas armadas, siendo condenado a pena de muerte y a una indemnización con todos sus bienes. Pepe de Villastrille fue ejecutado en Lugo el 29 de diciembre. Enterrado en un nicho gracias a la amistad con un militar, su cuerpo se perdió cuando se cerró el cementerio antiguo en Ramón Ferreiro. Estas eran las palabras para sus hijos antes de morir.

«Hijos míos, no tengáis pena por la muerte de vuestro padre, pensar que su muerte como la de otros muchos os liberará de las garras de los esbirros de El Vaticano y pasaréis a mejor vida; nadie os obligará a pensar sino libremente y gozaréis de libertad absoluta para vivir. Adiós, hijos míos, respetad siempre a nuestros semejantes, sed humildes con todos, quered mucho a todos los familiares, nunca seais egoístas con nadie, amad a vuestros semejantes. En fin, estudiad mucho para ser buenas personas y haced caso de los consejos de todos».

Marcelino Fernández Prada, ‘O Poliño’, fue alcalde de Ribas de Sil y regentaba un almacén de material de construcción. Sentenciado a pena de muerte. Finalmente, le fue conmutada la pena por cadena perpetua. En 1943, sale de prisión por cadena atenuada pero muere ese mismo año. Estas son las letras que envía a su familia al recibir la noticia de la conmutación de su pena de muerte.

«Me llamó el señor director de la prisión a su oficina y me comunicó oficialmente la conmutación de la pena de muerte por la de 30 años. Seguidamente, me levantó la incomunicación excepcional a la que estaba sometido».

Gregorio Sanz fue un maestro republicano que ejerció en Ribadeo. Fue encarcelado, a los pocos días del Alzamiento, el 24 de julio. Juzgado por auxilio a la rebelión, resultó condenado a veinte años. Salió en libertad en 1941. Su vida inspiró la película y la novela de Manuel Rivas, ‘A lingua das bolboretas’. Este es el contenido de una de las cartas dirigida a su esposa.

«Desde donde quiera que me halle, vivo o muerto, mi alma estará en comunicación con la tuya dándole ánimos para que pueda alcanzar la felicidad y la dicha de que te creo merecedora. Cada vez que beses a nuestros hijos dales uno en nombre mío y ten presente que te quiero con toda el alma y que guardo de tu cariño de esposa y madre los mejores recuerdos».

José Ramos López también era maestro y, además, directivo en Lugo del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). Juzgado por traición, fue sentenciado a pena de muerte y multa de 1,5 millones de pesetas. Lo ejecutaron el 21 de octubre de 1936. Poco antes, escribía esta carta a su amigo Francisco Lamas:

«Tened la absoluta seguridad de que nosotros moriremos firmes en nuestras ideas y con toda serenidad, sólo nos amarga que el motivo del fusilamiento sean nuestras conductas políticas y no el que nos hayamos batido bien contra el enemigo. Sed optimistas y no tengáis pena por nuestra situación, ahora que, cuando podáis, hacednos justicia. Abrazos para todos y un cordial saludo de Ramos. ¡Adelante por la victoria de nuestra causa!».

Perfecto Abelairas, de Izquierda Republicana, era practicante y secretario de Francisco Lamas López, alcalde de Lugo por el Frente Popular. Ingresó en la prisión de Lugo en julio de 1936 y fue ejecutado en octubre de ese año por traición. Por último, sufrió una sanción mancomunada de 1,5 millones de pesetas. También le escribe una carta al alcalde de Lugo, Francisco Lamas.

«Me agrada que, al fin, el pueblo se dé cuenta de que con nosotros se hace un asesinato, y aunque el resultado que esperamos ha de ser inútil, a nuestras familias ha de sentarles muy bien esta petición (...). Debes procurarte el máximo de tranquilidad ya que la suerte quiso que te salvases».

En algunos casos, además de la pena de muerte también eran sancionados con una multa de 1,5 millones de pesetas

Ramón García Núñez, de Izquierda Republicana, fue nombrado gobernador civil de Lugo el 4 de julio de 1936, días antes del inicio de la Guerra Civil. Esta fue una dedicatoria que envió a su mujer desde la cárcel, antes de morir, en el dorso de una foto suya.

«Para ti, Pepucha mía, con toda la amargura de ver truncada nuestra vida y deshecha nuestra felicidad, pero pidiéndote tres cosas: que me perdones el haberte causado este daño irreparable; que estés orgullosa siempre de mí y que no olvides nunca el cariño que te tengo, que supera al propio deseo de vivir. Ramón».