Las instalaciones de Radioterapia llevan 4 años listas para recibir el equipo

Un quirófano para braquiterapia, actividad ya centralizada en otros centros, resulta ahora redundante. Desde que abrió el Hula hay un TAC específico para el servicio y el espacio de consultas está listo
Los búnkeres en los que se colocarán los aceleradores cuentan con una pared de 1 o 1,2 metros de grosor para asegurar el aislamiento
photo_camera Los búnkeres en los que se colocarán los aceleradores cuentan con una pared de 1 o 1,2 metros de grosor para asegurar el aislamiento

Para que Radioterapia entre en funcionamiento en el Hula solo hace falta una cosa: los aceleradores lineales. Exactamente lo mismo que faltaba hace cuatro años cuando se abrió el hospital. El centro fue diseñado y planificado para que, desde el mismo momento de su apertura, contase con este servicio y el de Medicina Nuclear. Por eso las instalaciones están ya acabadas, tienen todo lo necesario y hasta lo que no lo es.

Aunque los plazos avanzados por Sanidade esta semana -que confía en poder radiar a los primeros pacientes en el Hula ya a finales de año- son muy optimistas, un vistazo a las dependencias que albergarán Radioterapia dejan claro que, si se tarda más en abrir el servicio, no será porque el hospital no esté listo.

Toda el área en la que se ubicará está rematada: a las consultas solo les falta el mobiliario (de hecho, hay sillas ya destinadas a esa zona), hay un TAC específico para Radioterapia (comprado cuando se equipó el hospital para su apertura y parado desde entonces), hay hasta un quirófano (sala que se utilizará para otra cosa porque su presencia ha dejado de tener sentido).

Cuando se planificó el hospital, hace casi 15 años, la práctica totalidad de los servicios de Radioterapia contaban con un pequeño quirófano para braquiterapia: en aquel momento, la colocación manual de semillas radiactivas en diferentes cavidades. Se hacía, y se sigue haciendo, para algunos tumores de útero o de próstata, pero ahora se realiza de forma automática (no manual) con un equipo concreto. Esta actividad se centralizó ya hace años, de forma que solo se aplica en los hospitales de Vigo, A Coruña y Santiago. Previsiblemente, el quirófano levantado en el Hula se utilizará para hacer algún tipo de cura.

Por tener, el servicio de Radioterapia cuenta hasta con un trabajador adscrito a él: un radiofísico con plaza en Lugo que, por falta de actividad, trabaja en Ourense en comisión de servicio desde hace años.

BUNKER. El primero de los dos aceleradores lineales se empezará a construir en breve, en cuanto se formalicen los contratos con la empresa adjudicataria, y el periodo de fabricación se demorará unos seis meses, según explica el subdirector xeral de Ordenación Asistencial e Innovación Organizativa, Julio García Comesaña, que señala que el bunker del Hula está preparado para recibir el equipo.

Al igual que la mayoría de instalaciones de este tipo en España, está aislado gracias al metro de grosor de sus paredes y al uso de hormigón baritado, un material de alta densidad que se utiliza en los lugares en los que puede incidir el haz del acelerador. Solo se usa plomo en las paredes cuando es preciso aislar una sala ya construida y resulta imposible aumentar el grosor de los muros con este tipo de hormigón, que se ha probado muy efectivo para la protección radiológica.

«Mientras el equipo está fabricándose, se solicita el permiso al Consejo Nacional de Seguridad Nuclear», apunta García Comesaña. Este es un punto clave ya que sin esa preceptiva autorización no solo un equipo no puede tratar pacientes, sino que no puede ni colocarse en un hospital.

El Consejo debe recibir una memoria en la que se especifiquen las características concretas del acelerador lineal que se pretende instalar (desde el modelo hasta la potencia) y cómo son las dependencias en las que se colocará. Solo una vez que aprueba la instalación se podrá montar.

La empresa fabricante del equipo, Varian Medical Systems, será la encargada de instalarlo, un proceso que se prolongará por unas dos semanas. El bunker es el único lugar del servicio de Radioterapia que permanece en obra porque no se hace nada hasta que la máquina esté dentro. Entonces, será la firma la que se encargará del resto de los acabados, como el suelo y el techo y pasillos del bunker.

Tendrá que formar a los trabajadores para su uso y sus técnicos estarán presentes también en el momento en el que el Consejo de Seguridad Nuclear compruebe in situ que se cumple aquello recogido en la memoria de actividad. Revisa el funcionamiento de la máquina y también que se han tomado todas las medidas de seguridad. Solo con ese último permiso se podrá empezar a tratar pacientes.

Pero antes se habrán instalado los sistemas de planificación y cálculo (para establecer los tratamientos de los pacientes) y de registro y verificación (recopilación de datos de esos tratamientos), que, por primera vez, compartirán todos los hospitales gallegos y de los que también Varian será la proveedora. Además de favorecer el trabajo en red -según señala García Comesaña- aportará nuevas características. Por ejemplo, al estar conectado el ordenador al equipo, una vez que se introducen los datos correspondientes al tratamiento del enfermo, no hay que introducirlos manualmente en el acelerador como hasta ahora. El tratamiento está asociado a un paciente determinado: si el enfermo está en el acelerador y el técnico colocase el brazo del acelerador para tratar a otro paciente con otro tumor diferente la máquina reconocería el error y no se pondría en marcha.

Además, todos los detalles del tratamiento se exportan de forma automática a la historia clínica. Si el paciente tuviera alguna molestia que le llevara ese mismo día a Urgencias, por ejemplo, el personal ya conocería que se había sometido a una sesión y cómo había sido.

Comentarios