"Se o rego vai limpo, a auga corre polo rego, se non desbórdase". Antonio Lourés es un vecino de la Rúa da Rocha, en el barrio de Paradai de la capital lucense, que cada vez que arrecia con ganas la lluvia ve como su vivienda unifamiliar parece una isla en medio de un lago. La historia se repitió el fin de semana con el paso de la ciclogénesis Ana. Su casa estuvo rodeada por el agua durante 48 horas.
"Pode ocurrir un ano, pero non ano tras ano", advierte este vecino de Paradai que asegura que "desde hai cinco ou seis anos" sufre las consecuencias de "unha marea" cada vez que descarga una borrasca.
El problema se deriva no solo de la cantidad de lluvia caída, sino que el río Rato se estrecha al lado de su casa y además la fluidez del caudal se ve obstaculizada por la suciedad acumulada y por el desprendimiento de las grandes piedras que se utilizaron para encauzarlo, por lo que se desborda e inunda las fincas próximas, como en la que se encuentra la casa de Antonio Lourés.
Esta vez no se anegó el bajo de su vivienda, pero este sexagenario apunta que "a cimentación da casa non lle fai moito ben que lle ande a auga ao redor".
Cuando se enfrenta a una situación apurada como la que volvió a vivir el pasado fin de semana, a este afectado le basta con subirse a su turismo para poder salir de su casa.
Pese a los trastornos que sufre cada vez que se produce un temporal, este lucense reconoce que "chover ten que chover, se non estamos fastidiados porque se está chegando ao extremo de ter que restrinxir a auga".
SOLICITUD. Este vecino de Paradai se quejaba este lunes de que las administraciones se pasan la pelota una a otra cuando pide que se limpie el río, se ensanche su cauce y se retiren las piedras que atrancan el normal discurrir. "Chamei ao Concello, mandoume a Deputación e esta a Medio Ambiente da Xunta", explica Antonio Lourés, que sigue a la espera de una solución.
Pero esta no es la única demanda que formula este lucense del barrio de Paradai. También solicita que se ponga en funcionamiento el alumbrado público de la Rúa Camiño de Herrero, que va desde Alexandre Bóveda hasta la Calzada das Gándaras, en donde, según asegura, las farolas llevan instaladas ya "desde hai uns tres anos".
