Una larga historia de amor que ahora transcurre en Albertia Lugo

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photo_camera Manolita y Lolo. EP

"Lo nuestro sí es una verdadera historia de amor". Con esta contundente sentencia comienza nuestro residente Manuel González Alonso, Lolo para su familia y amigos, a relatar sus casi 70 años de matrimonio con Manuela Sanjurjo, Manolita, que a su vez responde con rotundidad: "Y cada día más enamorados". 

Lolo y Manolita llegaron a la Residencia Albertia Lugo hace un año y desde entonces comparten su día a día, su buen hacer, sus bromas, sus anécdotas y su amor con las trabajadoras y otros residentes del centro. 

Generated by  IJG JPEG LibraryTODA UNA VIDA. Lolo nació hace 94 años en Lugo (San Fiz). Sus padres, José y Asunción, se dedicaban a labores agrícolas y tuvieron tres hijos. Fue al colegio en A Tolda, que como él nos cuenta "era una nave partida a la mitad para dar clases a los niños y otra para las niñas" y recuerda con cariño a sus maestros don Arturo y doña Ramona. Como su familia era modesta, Lolo empezó a trabajar de pinche en las obras del "cuartel da carballeira das Mercedes". Su madre le buscó un trabajo en una gestoría, donde empezó como recadero, pero no tardó en aprender mecanografía (ya en la escuela había sido un alumno aventajado). Tras esto entró en el juzgado como mecanógrafo y estando allí "coincidió que el ministro Raimundo Fernández decidió sacar una prueba de aptitud, que se celebró en la audiencia territorial de A Coruña, para convertir a los trabajadores del juzgado en empleados públicos". Lolo aprobó en el año 1947 y fue destinado al juzgado de Ferrol, donde desempeñó su profesión y vivió la pareja durante 50 años. 

Generated by  IJG JPEG LibraryManolita, que tiene 91 años, pasó su infancia en la calle lucense de García Abad, donde su padre tenía una sastrería. Su primera cita con Lolo fue durante un San Froilán, entre las atracciones de Barriga Verde, el teatrillo argentino y la tómbola del jamón. Lolo tiró a las anillas y ganó una jarrita que fue su primer regalo para ella. Habían quedado en una cita doble, en la que a Manolita la acompañaba su hermana y a Lolo, un amigo. Lolo comenta que ya le había echado el ojo a Manolita, de la que nos dice "era una belleza", y se cruzaba con frecuencia con ella, que por aquel entonces aprendía secretariado, por las calles de Lugo. 

Lolo y Manolita contrajeron matrimonio el 24 de marzo de 1950 y han compartido la vida sin separarse. Desde aquella primera cita en San Froilán han pasado ya setenta años, setenta años recorriendo la vida agarrados de la mano.