Los ladrones entran en una casa de Adai mientras sus dueños dormían

"El acojone es tremendo cuando ves que vienen hacia ti", explica una víctima del robo

Las víctimas muestran la piedra que usaron los ladrones para romper la puerta. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Las víctimas muestran la piedra que usaron los ladrones para romper la puerta. VICTORIA RODRÍGUEZ

¡Vaya susto! Un matrimonio de sexagenarios pasó este sábado el peor trago de su vida. Cuando la pareja estaba durmiendo en su casa de Vilar, en la parroquia lucense de Adai, se despertó sobresaltada, alrededor de las tres de la madrugada, al oír los ruidos que causaban los ladrones que acababan de entrar a robar en su vivienda.

"El acojone es tremendo cuando ves que los ladrones vienen hacia ti", relataba una de las víctimas, de 67 años de edad, tras prestar denuncia en comisaría.

Los amigos de lo ajeno, que según los dueños "eran más de dos", cortaron el suministro eléctrico de la vivienda cuando se colaron en ella. Creen que eran varios por los puntos de luz de las linternas que se iban desplazando, ya que no llegaron a verlos.

"Si te roban en el coche, puede ser hasta una anécdota. Pero que entren en tu casa es una violación de tu integridad", afirma este vecino de Adai. Añade que sienten "angustia" porque "piensas que tu casa es el sitio más seguro". Sobre su esposa, reconoce que está "muerta de miedo y nerviosa".

A PEDRADAS. No emplearon métodos sofisticados. Los ladrones intentaron acceder por la puerta principal a la casa, que está próxima a la carretera y a otras viviendas unifamiliares. Rompieron de una pedrada uno de los cristales y golpearon también la cerradura, pero no consiguieron entrar.

A la segunda fue la vencida. Lo intentaron entonces por la puerta de atrás. Rompieron un cristal con una piedra grande. Por ese hueco uno de ellos metió una mano y abrió porque las llaves estaban en la cerradura por dentro.

En la primera planta dormían los propietarios. Los asaltantes cortaron la luz y se orientaron con linternas. Cuando llegaron a la puerta que separa el comedor de las habitaciones intentaron forzarla porque estaba el pestillo pasado.

Con ese ruido se despertaron los moradores. Intentaron encender la luz, pero no funcionaba. Se orientaron con la linterna de un teléfono móvil y al ver a través del cristal de la puerta que se acercaban, se dirigieron a ella para intentar impedir que la abriesen.

"Cuando nos oyeron levantarnos, desaparecieron", relata una de las víctimas, que cree que los asaltantes huyeron a pie hasta el lugar dónde dejaron a buen recaudo un vehículo, porque no oyó encender ningún motor al lado de su casa. Respira tranquilo porque no les agredieron y porque no echa en falta nada de valor.

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