Una ladera amenazante en la N-VI

La caída de tierra y piedras a la vía desde el Marcos Cela se acelera. El Concello tiene cerrado un tramo del parque y analizará el problema

Tierra y piedras desprendidas en la N-VI desde el parque Marcos Cela. XESÚS PONTE
photo_camera Tierra y piedras desprendidas en la N-VI desde el parque Marcos Cela. XESÚS PONTE

El parque Marcos Cela ofrece signos amenazadores para los conductores que circulan por la N-VI. Desde hace tiempo se aprecian en algunos puntos, en el entorno del Balneario, rastros de desprendimientos de tierra y piedras.

Pero la situación ha ido a peor en las últimas semanas. Con las constantes lluvias, los puntos en los que se aprecia la caída de tierras se han multiplicado.

El Concello, en tanto, confirmó este martes que vigila de cerca la situación, aunque entiende en la mayor parte del parque no hay ninguna situación de riesgo, según el dictamen del servicio de Arquitectura.

Según el Concello, el lunes se detectó un deslizamiento de una ladera en una zona del parque en la que el acceso estaba ya cortado. Con todo, ese punto se acordonó y se aseguró por "precaución", según el Ayuntamiento, que este lunes indicó que se va a proceder al desbroce del talud, con el objetivo de poder conocer la magnitud del derrumbe.

En tanto, en la carretera se han ido colocando pivotes en los puntos en los que se aprecia que hay deslizamientos de tierra. Es la única medida apreciable.

La zona en la que se ve más tierra desplazada es la más próxima al Balneario y Volta da Viña y el fenómeno se ha hecho bastante más apreciable tras los últimos temporales.

Ese efecto de los temporales se presenta especialmente amenazador visto desde la N-VI, pero ese parque no es el único de Lugo que se resiente de las intensas precipitaciones de los últimos meses. Lugo pasó de una fuerte sequía a registrar precipitaciones casi a diario, lo que deja rastros en los ríos y también en sus riberas.

Así, en el Rato, por ejemplo, se aprecia la presencia de algún árbol caído, mientas que el cauce baja a rebosar.

Igual estampa se aprecia en el Miño, muy crecido, pese a que la Agencia Estatal de Meteorología emitió este lunes un informe según el cual al invierno que llega a su fin podría calificarse de normal tanto en cuanto a precipitaciones como a temperaturas.

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