Dolores Rodríguez: " Non sei como sería sen o corredor"

La Xunta baja la velocidad y desbroza la vía tras el accidente de Santa Comba

Hace unos días había subido de 80 a 90 kilómetros por hora el límite en el inicio del núcleo y este jueves lo redujo a 70 y cortó ramas en el cruce ► "A pena é que haxa que esperar a que ocurran accidentes para cambiar as cousas", opinan los vecinos, que piden que se circule a 50
La nueva señal de límite de velocidad colocada en Santa Comba
photo_camera La nueva señal de límite de velocidad colocada en Santa Comba

No fue el único ni el más grave accidente el que se registró el miércoles al anochecer en la parroquia de Santa Comba, pero sirvió para que estallara la paciencia vecinal y la Xunta atendiera, aunque solo fuera en parte, a las peticiones que los residentes de la zona llevan tiempo haciendo. Un equipo de conservación de carreteras cambió este jueves la señal que, al inicio del núcleo, limitaba la velocidad de circulación a 90 kilómetros por otra de 70. "Ás sete e media da mañá xa estaban aí, cambiando o sinal. A pena é que haxa que esperar a que pasen as cousas para actuar", lamentaba a media tarde José Luis Castro, cuya casa está entre las situadas a un metro del arcén. Mientras, un equipo desbrozaba el arbolado y la maleza que restaba visibilidad en la salida desde la carretera de Laxosa y el Mazo de Santa Comba, justo donde se produjo el accidente el día antes. El conductor que se incorporaba desde esa vía a la LU-546 no vio a tiempo el vehículo que circulaba por la carretera principal. Incluso sin ramas, la salida no es fácil porque la LU-546 es más alta que la vía secundaria y la visión desde esta no es buena. "Non é a primeira vez que teño que tirar para atrás", explica el dueño de Talleres Penela. 

Los vecinos sienten que los trabajos realizados este jueves por la Xunta les dan la razón sobre la peligrosidad de la vía, pero consideran que no son suficientes. Mantienen la petición de que, al menos en el tramo más habitado, la velocidad se reduzca a 50. "Eu viaxo por aí e vexo que todos os núcleos de poboación están a 50. E aquí hai máis de vinte casas", explica José Luis. En agosto, este y otros vecinos lograron que un ingeniero de la Xunta acudiera al lugar, pero no que la administración adoptara medidas. Al contrario, subió el límite de velocidad de 80 a 90 kilómetros por hora. "Igual foi un erro, todo o mundo os ten, pero tivo que haber un accidente para que se deran conta", señala. 

"Hai tres paradas de bus escolar, a igrexa está a vinte metros da carretera e as casas, pegadas. Eu mesmo fixen un acceso pola parte de atrás para que pare o peixeiro", explica José Luis

Los vecinos coinciden en que la apertura del corredor de Sarria no hizo que disminuyera el tráfico por la antigua carretera en la medida que esperaban. A eso se suma que Santa Comba es en sí un núcleo bastante poblado; con actividad agroganadera, que implica la circulación de maquinaria para ir de unas fincas a otras, y con negocios que mueven a mucha gente, como restaurantes, talleres y la planta de Tableros Hispanos, que supone la incorporación de camiones a la carretera. "Hai tres paradas de bus escolar, a igrexa está a vinte metros da carretera e as casas, pegadas. Eu mesmo fixen un acceso pola parte de atrás para que pare o peixeiro. O carteiro xógase a vida todos os días no arcén", explica José Luis. 

Dolores y Manolita, bastón en mano, charlaban este jueves casi en la cuneta, cerca de sus casas. En el lado contrario al que les correspondía como peatones, pero conscientes de ello. "Estou coxa e con esta carretera tan ancha e tanto tráfico, eu non me atrevo a cruzar", confiesa Manolita. Y eso, a pesar de que hace unos meses estuvo a punto de ser multada por esa razón cuando se dirigía a la iglesia. "Eu xa lle dixen ao guardia: pois múlteme! Que quere que lle faga! Eu non podo cruzar! Quere que me meta diante dos coches?". "Agora mesmo estou aquí e estou tremendo", explica Manolita, mientras su vecina coincide en que la situación es es "horrible". "Eu non sei como hemos facer...2.

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