La voz no es una barrera

Daniel es sordo desde que tenía dos años pero eso no es un impedimento para poder hacer un trabajo como el que ahora desarrolla, en prácticas, en la Agencia de la Energía de la Diputación, asesorando a los lucenses que quieren reducir la factura de la luz.
Daniel Lourés, en la oficina de la Agencia de la Energía.
photo_camera Daniel Lourés, en la oficina de la Agencia de la Energía.

A Daniel Lourés Ferro se le ve resuelto y con ganas de trabajar. Ahora mismo, está a punto de finalizar el ciclo superior de Eficiencia Energética y Energía Solar Térmica en el CFPI As Mercedes. Mientras tanto, se enfrenta a los retos que siempre supone la vida laboral a través de unas prácticas, que está haciendo en la Agencia de la Energía, de la Diputación Provincial, donde su trabajo diario consiste en atender al público. Un trabajo, en el que pese a lo que pueda parecer dada su condición física, defiende con uñas y dientes.

«El problema no es que yo sea sordo. El problema es que vivimos en una sociedad que está hecha para un mundo de oyentes. Si no hablo, tendré que hacer un esfuerzo mayor que los demás para comunicarme con la gente, pero lo hago, aunque tenga que escribir lo que diga», explica Daniel, con la ayuda de la intérprete que le acompaña en la que es su primera aventura en el mundo laboral.

Este chico tiene el apoyo de sus compañeros y también de una intérprete de lengua de signos, que le facilita la tarea de la comunicación ‘traduciendo’ lo que le propone el público. Por eso mismo, las prácticas las está desarrollando sin ningún tipo de problema, resalta durante un descanso en su trabajo en la sede de la Diputación Provincial.

El joven, que cursa un ciclo superior de Eficiencia Energética, asesora sobre la factura de la luz al público en la Agencia de la Energía

Por otro lado, Daniel defiende que, aunque la intérprete fallase, se las arreglaría, como hace en su vida diaria, para comunicarse con la gente. Es joven, pero no tiene dudas sobre su capacidad para enfrentarse a la vida.

«Debería haber intérpretes de lengua de signos en muchos ámbitos. De hecho, un Real Decreto, aprobado en 2007, establece que debe haber un intérprete de lengua de signos en todos los institutos y esto no se cumple porque no hay ningún intérprete fijo en los centros educativos. Pero, a pesar de todo, nos vamos arreglando», indica ese joven, que es todo un ejemplo de la capacidad de superación que demuestran a diario muchos lucenses afectados por alguna discapacidad.

Daniel acabará las prácticas en la Diputación el 18 de junio. Serán casi dos meses asesorando a los lucenses sobre cómo pueden ahorrar en el recibo de la luz.

«Me encargo de informar al ciudadano para ahorrar más. En algunos casos, la gente pide que le revisemos la factura para ver si hay errores», apunta.

Antonio Álvarez, su tutor, asiente a todo lo que dice su aventajado ‘alumno’. «Lleva solo dos semanas y en otras dos se pondrá a la par con nosotros», dice, en referencia a lo rápido que aprende Daniel.

Daniel acude a la Agencia de la Energía en horario de mañana, de nueve a dos. Hasta ahora, su experiencia no puede ser más positiva. «La gente se da cuenta, claro está, de que soy sordo y de que no hablo pero, en cambio, todas las personas que pasaron por aquí fueron muy amables y nunca tuve problemas de comunicación ni de entendimiento con nadie», insiste a la hora de valorar los resultados de su trabajo.

Futuro

Este joven, de 24 años, todavía no tiene claro qué va a hacer en cuanto acabe sus estudios. «Quizá empiece una ingeniería o quizá trate de encontrar un trabajo», explica.

De todas formas, afirma, «estoy encantado con el ciclo de FP que hice porque me gusta todo esto y, además, puedo aplicarlo en la granja familiar a la hora de buscar otras alternativas energéticas», señala Daniel que, antes de hacer Eficiencia Energética, comenzó otro ciclo de Informática que no llegó a acabar en el IES Muralla Romana.

La satisfacción de Daniel en este puesto se traduce en una frase que resume su experiencia de dos semanas: «Aquí estoy aprendiendo un montón porque me encuentro con casos reales. Te encuentras con la vida, en suma».